Una modalidad de alojamiento ha ganado relevancia en las costas de Yucatán y Quintana Roo: el glamping. Este concepto, cuyo nombre proviene de la fusión de las palabras glamour y camping, ofrece a los visitantes la oportunidad de experimentar una profunda cercanía con la naturaleza sin sacrificar las comodidades de un resort de lujo.
Esta nueva forma de hospedaje se caracteriza por construcciones que se ubican estratégicamente cerca o sobre el agua, o bien, internadas en la selva, creando entornos ideales para la relajación total y la inmersión en el paisaje natural.
A diferencia del camping tradicional o de la renta de cabañas rústicas, el glamping mantiene y eleva los estándares de lujo y confort. Las estructuras de estos alojamientos, a pesar de estar integradas en el medio natural, ofrecen todas las amenidades de un hotel de alta categoría.
Cada una de estas habitaciones de lujo en la naturaleza incluye servicios como: Internet, agua caliente, aire acondicionado, electricidad e incluso servicio a la habitación, con precios que varían desde los 2 mil hasta los 20 mil pesos.
En Quintana Roo el destino que más ha podido explotar esta forma de hospedaje es Tulum, que oferta espacios en la selva con wifi, desayunos, spa y muchas amenidades que se convierten en una gran experiencia que combina lo natural con lo élite del destino que es el favorito de los europeos.
La Riviera Maya es otro destino en donde se han aprovechado este tipo de experiencias, pero para los huéspedes de los grandes complejos, que ofrecen experiencias más naturales, dentro del espacio de
atención de la propia marca, es decir, una atención especializada.
El auge del glamping responde a una demanda de viajeros que buscan experiencias de viaje memorables y auténticas en los destinos naturales de la península, manteniendo al mismo tiempo un alto nivel de confort y exclusividad. En Yucatán, los glamping son un poco más austeros y se ubican en el norte del estado, la mayoría se encuentra en exhaciendas que han sido remodeladas para el hospedaje, mientras más se acercan al mar aumenta de precio y el lujo de las mismas, en este estado la experiencia se completa con la gastronomía que le da un plus a esta experiencia.
Los precios en la zona pueden variar por menos de mil pesos por noche por habitación, y en temporadas bajas hay muchas ofertas para disfrutar de esta tendencia de hospedaje que está de moda
