A pesar del impacto visual y la reacción de turistas que huyeron apresuradamente del área, el fenómeno no representa un peligro inminente para las poblaciones cercanas.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) reportó el colapso parcial del cráter sureste, lo que provocó la expulsión de un flujo piroclástico acompañado por un avance de lava. Aunque el evento generó inquietud entre los visitantes en la zona, no se ha emitido ninguna alerta de evacuación para las comunidades locales.
Las autoridades locales insisten en que la situación está bajo control. En palabras del alcalde de Catania, Enrico Tarantino, quien se pronunció a través de la agencia italiana AdnKronos: “Todo está normal”. Tarantino subrayó que las erupciones del Etna son fenómenos relativamente frecuentes y que el volcán se mantiene bajo constante vigilancia.
“Bajo cohecho, uno de los volcanes más activos de Europa y entra en erupción varias veces al año”, explicó, minimizando el riesgo que este episodio podría suponer para la seguridad de la población.
El Etna, con una altitud de más de 3,300 metros, es uno de los volcanes más activos del mundo y una atracción permanente tanto para científicos como para turistas. Su actividad, aunque monitoreada constantemente, forma parte del paisaje natural de la región y ha modelado por siglos la identidad cultural y geológica de Sicilia.
De momento, los vuelos en el aeropuerto de Catania operan con normalidad, aunque no se descarta que puedan registrarse demoras si la nube de ceniza se intensifica en las próximas horas. Las autoridades han recomendado precaución en áreas próximas a la zona volcánica, pero descartan mayores consecuencias si la actividad no se intensifica.
