Opinión

Los aranceles de Trump no van a cambiar tu vida. Pero tu actitud sí.

Mario Elsner

Hoy todos en el mundo de los negocios —y hasta los que solo ven noticias por inercia— hablan de lo mismo:

•           Que si la guerra comercial.

•           Que si los aranceles de Trump.

•           Que si las bolsas tiemblan.

•           Que si se viene la recesión.

•           Que el cielo se está cayendo…

Y mientras en la televisión hay expertos diciendo que esto puede generar “efectos estructurales” o ser “la tormenta perfecta” para la economía global…

Tú sigues sentado en el mismo escritorio.

Con las mismas cuentas por pagar.

Con ese cliente que aún no te deposita.

Con la renta del local que no baja.

Con empleados que dependen de ti.

Con el Excel que no se llena solo.

Y con el estrés de siempre, porque la nómina no se detiene.

PERO… Cuando todo va bien, tu vida tampoco cambia.

¿Te has dado cuenta?

Cuando el dólar está bajo, la inflación está controlada, el PIB crece, los mercados están “estables”… ¿acaso tu vida mejora radicalmente?

No.

Sigues trabajando igual.

Sigues teniendo que cerrar ventas.

Sigues apagando incendios.

Sigues cargando con responsabilidades.

Sigues batallando por tener flujo.

Sigues siendo el único responsable de lo que sí haces y de lo que no.

Entonces… ¿por qué cuando todo se tambalea entras en pánico?

Porque aparece un villano silencioso:

El pensamiento apocalíptico.

Ese que te hace pensar que como el mundo se mueve, ya no puedes hacer nada.

Ese que te paraliza, que te quita foco, que te hace creer que lo correcto es “esperar a ver qué pasa”.

Pero la realidad es otra.

📌 Si hoy pierdes tu trabajo, lo más probable es que no sea por Trump.

Será porque tu desempeño ya venía débil.

(Disculpa la franqueza. No es juicio, es realidad.)

📌 Si tu negocio no despega, no es culpa de la guerra comercial.

Es porque no estás logrando conectar con tu mercado.

O no estás ajustando rápido.

O sigues vendiendo algo que ya no resuelve nada.

👉 Disclaimer: sé que hay miles de razones fuera de tu control. Pero justo por eso, enfócate en las que sí puedes mover. Ese es el juego ahora.

La solución no es llorar. Es moverte.

No apagues incendios que aún no te han llegado. Vende extinguidores.

Mientras muchos se angustian con lo que podría pasar, otros ya están vendiendo soluciones.

Ya están redibujando rutas logísticas.

Ya están localizando proveedores.

Ya están ajustando sus precios, sus mensajes, su propuesta.

¿Dónde está la oportunidad?

No necesitas construir una fábrica. Solo ver lo que los demás no están viendo:

🔹 ¿Eres emprendedor?

•           Empieza con productos que antes eran importados.

•           Haz jabones, velas, productos de limpieza biodegradables.

•           Vende kits de productividad, empaques sostenibles, snacks locales.

•           Aprende a exportar en pequeño: hay países que ahora necesitan lo que tú tienes cerca.

Y lo más importante: no te quedes quieto. Ajusta. Muta. Acelera.

La economía global sube y baja. Pero tu vida no depende de eso.

Lo que realmente cambia tu vida es lo que decides hacer hoy.

El esfuerzo que sí haces.

La estrategia que sí ajustas.

La conversación que sí enfrentas.

La oferta que sí rediseñas.

🎯 ¿Qué vas a hacer con esta crisis? ¿Congelarte o transformarte?

Porque los que sobreviven no son los que esperan.

Son los que actúan antes que el resto.

Mario Elsner

“Revolucionemos el liderazgo en los Negocios”

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