Leyenda Urbana: La Tishanila de Chiapa de Corzo
En el pequeño pueblo de Chiapas, donde las calles empedradas y la luz de las velas eran la norma, circula una leyenda que ha desconcertado a generaciones: la historia de La Tishanila, una mujer de galana hermosura que, según relatos, encantaba a los hombres trasnochados y coquetos del pueblo durante los años 1900.
Durante una época en la que la modernidad aún no había llegado al pueblo y los bailes se realizaban alrededor del kiosco porfiriano al ritmo de la marimba de los hermanos Aquino, conocidos como “Los Cuachi”, La Tishanila se convirtió en una figura misteriosa y seductora. Tras las fiestas nocturnas, cuando el pueblo quedaba sumido en la oscuridad debido a la falta de iluminación y los faroles apenas daban luz con sus velas, ella hacía su aparición.
Nandayapa, un conocedor local, describe a La Tishanila como una mujer de piel blanca o morena, según los testimonios, que llevaba un vestido blanco y un velo en el rostro, flotando sobre el suelo con su largo cabello negro ondeando en el aire. Su presencia era tan enigmática y su encanto tan poderoso que podía seducir a los hombres con solo un gesto de sus dedos.
Los lugares donde se solía ver a La Tishanila incluían los corredores de la plaza de armas, el parque central, la pochota, la fuente colonial y el mercado, así como las calles adyacentes. Su hechizo nocturno era tan intenso que los hombres encantados perdían el conocimiento y despertaban en lugares inhóspitos y espinosos, como cerca del río Chiquito o en caminos desiertos. Las autoridades y familiares, alarmados por su desaparición, se lanzaban a su búsqueda y los encontraban en matorrales, sin recordar lo ocurrido.
