La escritura maya, una de las más sofisticadas de la América precolombina, se desarrolló en diversas regiones del sureste mexicano, y Chiapas alberga algunos de los vestigios más notables de este sistema jeroglífico. Esta escritura no solo se plasmó en monumentos y templos, sino que también formó parte integral de la vida cotidiana de la civilización maya.
En la zona arqueológica de Bonampak, ubicada en la Selva Lacandona, se encuentran murales excepcionales que datan del Clásico Tardío. Estos murales representan escenas de la corte real maya, incluyendo ceremonias, batallas y rituales, y contienen inscripciones jeroglíficas que narran eventos históricos y rituales, reflejando la importancia de la escritura en contextos tanto ceremoniales como cotidianos .
Palenque, otra ciudad maya destacada en Chiapas, ofrece ejemplos fascinantes de inscripciones en las casas de la élite. Estas inscripciones, grabadas en estelas, dinteles y muros de las estructuras residenciales, proporcionan información detallada sobre genealogías, eventos históricos, conquistas y alianzas políticas, demostrando cómo la escritura se integraba en la vida diaria y servía como manifestación de poder y prestigio social .
Otros sitios arqueológicos en Chiapas, como Yaxchilán y Toniná, también albergan monumentos con inscripciones jeroglíficas que documentan eventos históricos y aspectos de la organización política maya. Estos vestigios permiten a los investigadores reconstruir la historia y comprender la complejidad de la civilización maya en la región.
