El momento libreMomento TurismoTurismo
Tendencia

El Canto de la Sibila: El secreto medieval que estremece la Navidad en Mallorca

Más allá de las playas, Mallorca guarda un tesoro UNESCO cada Nochebuena: un rito profético y musical de la Edad Media que sobrevivió a la historia y conmueve a quien lo escucha.

Cuando pensamos en diciembre y España, la mente suele viajar a las luces de Madrid, los belenes de Andalucía o el frío invierno de la meseta. Sin embargo, en la isla de Mallorca, en medio del Mediterráneo, ocurre cada 24 de diciembre un fenómeno cultural que eriza la piel y transporta a los asistentes directamente a la Edad Media. Se trata del Canto de la Sibila (El Cant de la Sibil·la), una de las tradiciones navideñas más antiguas, icónicas y, paradójicamente, menos conocidas por el turismo de masas internacional.

Mientras la mayoría celebra con ruido y fiesta, en el interior de las iglesias mallorquinas se hace un silencio sepulcral durante la tradicional Misa de Gallo. Este drama litúrgico, que anuncia el fin del mundo y el juicio final, es una experiencia visual y sonora que rompe con la estética habitual de la “Navidad dulce” para ofrecer algo mucho más solemne y poderoso.

Foto: UNESCO Intangible Cultural Heritage

La espada y la voz angelical

El protagonista de este rito es una figura, habitualmente un niño o una niña (aunque originalmente eran presbíteros), vestido con una túnica de seda y un manto bordado, portando una espada que mantiene erguida frente a su rostro durante toda la actuación.

Con una melodía gregoriana que resuena en la acústica de piedra de los templos, la “Sibila” entona versos en catalán antiguo que profetizan la llegada del Juez Divino. El momento cumbre llega al final del canto, cuando la figura traza una cruz en el aire con la espada, un gesto que simboliza el corte final con el mundo terrenal, dejando a los asistentes en un estado de introspección y asombro absoluto.

Una joya sobreviviente de la historia

Lo que hace verdaderamente única a esta tradición es su resistencia. El Canto de la Sibila era común en el sur de Europa durante el medievo, pero el Concilio de Trento (siglo XVI) prohibió este tipo de manifestaciones teatrales dentro de las iglesias.

También podría interesarte:

Mallorca, sin embargo, logró mantener viva la llama de esta costumbre gracias a la devoción popular, convirtiéndose en uno de los pocos lugares del mundo donde se ha interpretado casi ininterrumpidamente desde la conquista de Jaime I. Esta autenticidad y valor histórico le valieron ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010.

¿Dónde vivir la experiencia?

Si bien se interpreta en casi todas las iglesias de la isla, el lugar más impresionante para presenciarlo es la Catedral de Palma (La Seu). La majestuosidad gótica del edificio, iluminado tenuemente, crea la atmósfera perfecta para este viaje en el tiempo. También es muy recomendable vivirlo en el Monasterio de Lluc, el centro espiritual de la isla, donde la escolanía de los “Blauets” realiza una interpretación magistral.

Visitar Mallorca en diciembre para presenciar la Sibila es descubrir una España diferente, profunda y mística, lejos del sol y playa, conectando con una raíz cultural que lleva siglos esperando ser escuchada.

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Back to top button