¿Cuál es tu tipo de apego? (ya date cuenta, antes que acabe como tus últimas 3 relaciones)

Los vínculos de pareja ya no se definen solo por mariposas en el estómago, sino por memes de ansiedad, playlists compartidas y miedo al compromiso. Los tipos de apego se volvieron parte de nuestro lenguaje emocional… aunque a veces ni sepamos cómo se llaman.
El amor moderno también tiene estilos de pánico
Salir con alguien en 2025 es como jugar Jenga emocional: todo se tambalea si alguien no responde en 5 minutos o si usa “jajaja” en lugar de “jaja”. ¿Por qué nos cuesta tanto vincularnos sin sabotearnos? Bienvenidos a los estilos de apego, ese patrón de afecto que aprendiste cuando ni siquiera sabías que tenías emociones complejas.
Hoy, no basta con saber si alguien te gusta: también hay que saber cómo se apega. Y sí, aquí entran los delulus, los dry texters y los que no superan a su ex.

Apego seguro: el unicornio emocional
- Cómo lo identificas: gente que te contesta, te dice lo que siente y no desaparece porque tuvo “una semana difícil”.
- Lo que todos quieren, pero pocos practican: ponen límites sin herirte, comunican sin pasivo-agresividad y no hacen ghosting.
- Red flag emocional: te parece aburrido porque no te genera ansiedad. (Spoiler: eso es una green flag)
Apego ansioso: el emoji que siempre está viendo si ya te leyeron
- Cómo lo identificas: mensajes dobles, notitas en Close Friends, necesidad de estar en llamada aunque no hablen.
- Lo que siente: si no contestas, su mente crea tres escenarios trágicos y dos peleas imaginarias.
- Frase clave: “¿Estás molest@? Vi que subiste historia pero no abriste mi audio”.
Apego evitativo: sí te quiere, pero desde muy lejos
- Cómo lo identificas: odia las etiquetas, evita conversaciones profundas y se desconecta emocionalmente justo cuando todo iba bien.
- Lo que teme: que le tomes de la mano… y del corazón.
- Frase clave: “Es que me da miedo perderme a mí mism@ si me acerco mucho”.
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Apego desorganizado: el caos emocional con drip
- Cómo lo identificas: un día es adorable, al siguiente desaparece y luego te manda un reel que dice “así soy yo”.
- Lo que refleja: trauma sin resolver con ganas de amar. No sabe si acercarse o salir corriendo.
- Frase clave: “No sé qué quiero, pero no quiero perderte”.
El dato serio pero con labia
Según la teoría del apego de John Bowlby, lo que vivimos en la infancia —cómo nos cuidaron, cómo nos escucharon, si nos dejaron llorar o nos dieron apapacho— influye directamente en la forma en que nos relacionamos de adultos. No es que estés roto, es que aprendiste a vincularte como pudiste con las herramientas que tenías… y con lo que te dieron.
Pero ojo: tu tipo de apego no es tu condena, es tu punto de partida. Se puede reaprender. Se puede desaprender. Puedes sanar, regularte y dejar de perseguir vínculos que te activan el modo “ansiedad en 3, 2, 1…”.

Hoy tenemos opciones:
- Memes que te dan una cachetada emocional con humor.
- Podcasts que hablan de vínculos como si fueran True Crime.
- Terapia online con pago mensual y test incluido.
Y aunque no tengas todas las respuestas, si ya te estás cuestionando cómo amas, ya estás del otro lado.
Porque madurar no siempre es dejar de sentir… a veces es sentir diferente y no salir huyendo.