Love bombing: “Exceso de amor” al iniciar una relación no es sano
Al iniciar una relación es normal que aparezca la necesidad de mostrar amor hacia la otra persona. Sin embargo, esto se vuelve un problema cuando una de las dos partes suministra la cantidad de amor como si se tratara de pequeñas rebanadas al comer un pastel.
Ejemplo de lo anterior es el love bombing, un término que se ha popularizado en redes sociales y se utiliza para definir aquellas conductas de las personas que “bombardean” a sus parejas con exceso de atención y detalles, que luego arrebatan de la nada.
Al respecto, Paola Lavín, psicóloga con una comunidad de 168 mil seguidores en Instagram, platicó con EL UNIVERSAL sobre cómo una víctima puede ser consciente de este tipo de comportamientos que dejan importantes secuelas emocionales.
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El love bombing tiene tres fases y en todas ellas la víctima atraviesa por diversos estados de ánimo, causando confusión en su mente y muchas veces provocando la incertidumbre sobre si lo que vive es normal o no.
En la primera fase, el victimario hace de todo para que su víctima crea que es la persona que estaba buscando. Trata de ganarse a la persona con palabras, actos y mensajes de seducción.
“Love bombing es un término que se ha hecho popular en redes sociales. Se utiliza para describir un comportamiento manipulador en el cual una persona -en el contexto de una relación de pareja o una relación romántica- muestra un exceso de afecto o atención de cariño hacia la otra persona de manera muy intensa y rápida. Esto puede incluir desde palabras de afirmación hasta regalos y mensajes frecuentes”, destacó.
Como en toda relación, las muestras de amor son efusivas al comienzo. Hasta este punto se puede pensar que el romance va viento en popa, pero de manera repentina comienza la violencia.
“La segunda fase es el estallido de la violencia, aquí es cuando se produce la agresión. Cada relación es diferente, en algunas pudiera ser una agresión física, verbal o emocional. Y como la agresión está explotando, la atención “se alivia” un poco. Pero la víctima queda en un estado de shock y tiende a hacerse un poco para atrás”, explicó Paola Lavín.
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A menudo, las víctimas entran en una especie de “juego”, donde no comprenden por qué las muestras de afecto quedaron atrás y ahora están recibiendo malos tratos si todo parecía ir bien.
Luego de haber atacado a la víctima, las personas que cometen love bombing tienden a regresar para llevar a cabo la fase de la “luna de miel”.
A propósito, la psicóloga explicó: “Después de este estallido (de violencia), el agresor ahora puede mostrar remordimiento, buscar arreglar la relación y otra vez ofrece a la víctima muchísima atención, muchos regalos, muchas palabras bonitas y la víctima se va para atrás con tantas señales de afecto y de cariño”.
En la mayoría de los casos, las víctimas de love bombing vuelven a regresar y de esta manera entran en un ciclo del cual es difícil salir, pero no imposible al reconocer que se está atravesando por dicha situación.
“Yo lo que les digo a mis pacientes es que es bien importante tener definido nuestros ‘No negociables’. Hay cosas que todos queremos en una relación y a veces se dejan de lado de estos ‘No negociables’ y es bien importante este ejercicio de tenerlos muy presentes para cuando algo pase puedas establecer un límite o irte de un lugar que te aleja de ti mismo”, destacó la especialista.
Identificar los ‘No negociables’ implica hacer un análisis de las necesidades básicas de cada persona. Solo así es posible reconocer cuando la pareja no está respetando lo que el otro busca en la relación.
“Yo en una relación, por ejemplo, necesito respeto, necesito validación emocional y necesito empatía, si esas tres no están yo no puedo estar”, sentenció Lavín.
Ahora bien, la persona que comete love bombing también puede tomar conciencia y erradicar este tipo de comportamientos que terminan afectando a su pareja. Claro está requiere de un proceso profundo de reflexión.
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La psicóloga añadió: “Esto es un poquito más complicado porque por lo general es muy difícil aceptar cuando uno está haciendo un tipo de manipulación. Hay que reflexionar ¿a mí me gustaría que me trataran así? ¿Qué haría yo si alguien me hiciera lo que yo estoy haciendo? Si la respuesta es no, ahí sería un momento ideal para buscar ayuda psicológica”.
Paola Lavín, quien a través de su cuenta “1 minuto con psicología” busca visibilizar este tipo de violencias, destacó la importancia de no echarse la culpa a sí mismos por caer en el love bombing:
“Quiero aclarar que si tú has sido víctima de una relación violenta no es tu culpa y nunca va a ser tu culpa. No es algo que nadie quiera para sí mismos y salir no es fácil: implica una toma de conciencia y aceptar cosas que son muy dolorosas”.
La terapia es una gran herramienta para frenarlo. En este espacio se puede entender aquello que no se quiere en una relación, establecer límites y formar una red de apoyo para salir de las relaciones “tóxicas”.
En ese sentido, dar el primer paso para romper el ciclo del love bombing es crucial. “Tenemos que tener bien claro qué no podemos tolerar, qué cosas no son negociables para mí y mantenerme muy firme hacia ellas”, indicó Paola Lavín.
De acuerdo con la especialista, lo siguiente es establecer límites. “Un límite es: si esto vuelve a pasar, yo me voy a ir porque tú no puedes controlar lo que hagan las otras personas. Sólo puedes controlar lo que haces tú, por eso los límites son tan complicados porque la primera persona que lo tienes que cumplir eres tú”.
Por último, es indispensable fomentar una red de apoyo saludable “Tratar de apoyarte en tus amigos y familiares o personas que te cuidan, que te apapachan y que se involucran”. Es importante tomar en cuenta que muchas veces el agresor aleja a estas personas de la víctima para dejarla “desprotegida”.
El love bombing no distingue género ni edad, lo importante es no normalizar su ciclo para evitar generar dependencia a la pareja. “Hay una frase que hace poquito escuché: Nunca estés con alguien con el que sientas que no puedes vivir, anda con una persona con la que sepas que puedes vivir sin él o sin ella”, concluyó.