Los 10 rincones más tétricos de México que tienes que visitar
Una ruta de escalofríos por sitios llenos de leyenda, historia y misterio en el país


Desde chinampas cargadas de muñecas hasta mansiones de crímenes sin resolver y pueblos fantasmas abandonados, México alberga destinos cargados de atmósfera tétrica. Esta guía recorre diez lugares donde la belleza se mezcla con lo inquietante, para quienes buscan turismo emocional, de historias únicas y un poco de adrenalina.
1. Isla de las Muñecas (Xochimilco, Ciudad de México)
En los canales de Xochimilco se encuentra esta isla singular, cubierta por cientos de muñecas colgadas de árboles y estacas. Cuenta la leyenda que el señor Julián Santana encontró el cuerpo de una niña flotando y, desde entonces, comenzó a colocar muñecas para apaciguar al espíritu. La atmósfera lacustre, los rumores de presencias y el entorno vegetal hacen de este lugar una visita escalofriante e inolvidable.
2. Casa de la Hiena de Querétaro (Querétaro, Querétaro)
En Hacienda Vegil No. 408, en la colonia Jardines de la Hacienda de Querétaro, se ubica la antigua residencia de Claudia Mijangos, conocida como “La Hiena de Querétaro”, quien en 1989 asesinó a sus tres hijos. Aunque el inmueble está abandonado y cercado, su leyenda perdura y es visitado por quienes buscan lo paranormal, huellas visuales del horror y relatos de susurros en la oscuridad.
3. Hotel Castillo Santa Cecilia (Guanajuato, Guanajuato)
Aunque funciona como hotel de lujo, bajo su atmósfera medieval se ha tejido una leyenda de apariciones: varios huéspedes aseguran haber visto a una niña en los jardines y pasillos. La mezcla de historia, lujo decadente y relatos inquietantes lo convierten en punto clave para quienes buscan turismo con un toque tenebroso en Guanajuato.


4. Pueblo fantasma de Misnébalam (Yucatán)
Abandonado en la carretera Mérida–Progreso, este poblado fantasma se vació tras la muerte misteriosa de un líder local, conocido como “Don Fidencio”. Actualmente, su silencio, cenotes cercanos y restos de construcciones suman un aura que mezcla exploración y escalofrío.
5. Real de Catorce (San Luis Potosí)
Minero en su origen y místico por naturaleza, este pueblo enclavado en el desierto potosino se presta para visitas nocturnas y recorridos de leyenda. Calles vacías, túneles, minas abandonadas y un ambiente cargado de historias hacen de él un destino misterioso y único para el turismo alternativo.


6. Callejón del Diablo (Ciudad de México, México D.F.)
Ubicado en la colonia Mixcoac, en Ciudad de México, este callejón es reconocido popularmente por relatos de avistamientos y apariciones denominadas “diabólicas”. Su reputación lo convierte en opción curiosa para quienes buscan recorrer rincones oscuros de la capital.
7. Palacio de la Inquisición (Ciudad de México, México D.F.)
Este edificio histórico, ubicado en el Centro Histórico, remite a épocas de represión y tormento. Museos y relatos de fantasmas asociados le otorgan un carácter escalofriante que contrasta con su valor arquitectónico y cultural.
8. Hotel Castillo Santa Cecilia (segundo punto: detalle tétrico)
Aunque ya citado como hotel de lujo, vale destacar una leyenda recurrente: la aparición nocturna de una niña que camina por los pasillos, lo que añade al sitio un carácter doble, de turismo clásico y de misterio.
9. Posada del Sol (Ciudad de México, México D.F.)
Situada en la colonia Doctores, esta antigua posada abandonada tiene fama de estar ligada a suicidios, rituales masónicos y actividades paranormales. Según reportes locales, aún se escuchan lamentos y pasos en su interior, lo que la hace ideal para los más audaces.


10. Pueblo fantasma de Mineral de Pozos (Guanajuato)
Una antigua villa minera llena de ruinas, túneles y calles solitarias, actualmente es escenario de leyendas urbanas, “ghost tours” y eventos en torno al terror. Su atmósfera desolada y su pasado minero intenso le dan un lugar especial entre los destinos tétricos del país.


Recomendaciones para el viajero
Visitar estos lugares requiere un enfoque distinto al turismo convencional. Camina con precaución, respeta las normativas locales (algunos sitios están cerrados oficialmente o requieren permiso) y lleva linterna, calzado cómodo y mente abierta. Idealmente visita al atardecer o con guía local para conocer las historias completas. No todos los sitios permiten fotografías interiores, y algunos requieren reserva o acompañamiento.
Explorar México por su cara más oscura no es solo cuestión de sustos: es sumergirse en leyendas que reflejan miedos, historia, memoria colectiva y paisajes que perduran tras el paso del tiempo.