

A principios de los 2000, Estados Unidos era un referente en comercio internacional para la mayoría de los países. Estaba por encima de China, pero en 25 años la balanza ha cambiado de manera drástica. Los chinos han sabido manejar el comercio y el poder suave a su favor, por lo que hoy en día China tiene mucha más representación en el comercio que Estados Unidos. Esto no quiere decir que sea el primer socio comercial del mundo; sólo estamos comparando el poder de las dos superpotencias.
China ha logrado posicionarse por encima de Estados Unidos debido a que ha trabajado una estrategia de control económico muy interesante. Esta consiste en tres factores: su enorme producción a gran escala, la nueva Ruta de la Seda y el apoyo a las megaconstrucciones en otros países. Todo esto, sin contar con que Estados Unidos ha cometido errores y ha desperdiciado oportunidades y espacios que se le han abierto.
El país asiático se ha consolidado como la fábrica del mundo, llegando a exportar más de 3.41 billones de dólares, siendo Estados Unidos, Hong Kong, Japón y Alemania sus principales socios comerciales. En cuanto a importaciones, China adquirió bienes por 2.13 billones de dólares, teniendo como socios más cercanos en 2023 a Corea del Sur, Estados Unidos, Australia, Rusia y Japón. Para ponerlo en perspectiva, Estados Unidos exportó 1.9 billones de dólares e importó 2.98 billones en el mismo año (datos del Observatorio de Complejidad Económica).
La nueva Ruta de la Seda es, sin duda, el proyecto más ambicioso de China. Busca crear rutas para el comercio internacional que no dependan de Estados Unidos. El proyecto inició en 2013 con la intención de conectar China con Asia, África y Europa, además de algunos países de América Latina. Actualmente, cuenta con la participación de más de 70 países de cuatro continentes.
Para sostener todo este comercio, y especialmente la nueva Ruta de la Seda, China ha invertido fuertes sumas en la construcción de canales, puertos, carreteras, aeropuertos, líneas férreas y otras infraestructuras, no solo en su territorio, sino también en muchos otros países. Esto ha sido un factor clave para que los Estados decidan sumarse al plan chino, ya que les trae desarrollo económico y social.
Estados Unidos estaba acostumbrado a que su influencia militar y económica hiciera que los países lo tomaran como referente. Sin embargo, hoy en día, poner bases militares alrededor del mundo no garantiza prevalecer frente a otra potencia.
China entendió que no necesita tener presencia militar en todos los países que quiere integrar a su esfera de influencia. Con apoyarlos económicamente, ofrecerles una salida y un plan de crecimiento, le basta para incorporarlos a su red.
Así, se ha posicionado como un referente y como un socio confiable en el que otros países pueden apoyarse. Mientras Trump y Estados Unidos patalean imponiendo aranceles a diestra y siniestra, China extiende la mano para cooperar.