El nuevo papa
Contra todo pronóstico, Robert Francis Prevost es elegido papa León XIV; tenía menos del 0.3 % de probabilidades según casas de apuesta.

José Miguel Martínez
Uno pensaría que lo más acertado sería siempre apostarle a quien va más arriba en las encuestas. Para la elección del papa, no fue la excepción. Los momios más altos estaban entre Pietro Parolin (Italia), con el 40 por ciento de probabilidades de ganar, y Luis Antonio Tagle (Filipinas), con el 35 por ciento. La sorpresa nos la llevamos cuando el nuevo papa fue anunciado, resultando electo un estadounidense-peruano, de nombre Robert Francis Prevost, mismo que no tenía ni el 0.3 por ciento de probabilidades de ganar, (según las casas de apuesta BetUS y Polymarket), y que de ahora en adelante será conocido como León XIV.
Prevost nació en Chicago en 1955. En 1978 se ordenó como sacerdote de la Orden de los Agustinos; conocidos por su interés en la cultura y la ciencia. Esto es evidente en Prevost, pues tiene estudios en teología, divinidad y matemáticas. En 1985, empezó su vida misionera en el Perú, regresando a Estados Unidos en 1987, donde fungió como catedrático. A su regreso a Perú, en 1988, fue un gran impulsor de los derechos humanos y trabajó de la mano de comunidades marginadas.
En 2014, el papa Francisco lo nombró obispo titular de Chiclayo, Perú; mismo año en el que obtuvo la nacionalidad peruana. En 2017, declaró públicamente estar en contra del dictador Alberto Fujimori, sosteniendo que este tendría que pedir perdón por el dolor que le causó a las víctimas en la década de los 90. Para 2023, el papa Francisco, lo ordenó cardenal y en 2025 fue nombrado parte del colegio cardenalicio, encargado de elegir al papa.
En la cuarta votación, el pasado 8 de mayo, Prevost se convirtió en el primer estadounidense en ser elegido papa. Esto cobra relevancia si consideramos que Trump, actual presidente de Estados Unidos, días antes había publicado en su cuenta de X una foto de él (Trump) vestido de papa, además de un tweet donde comentaba que haría todo lo posible para que el papa fuera de su nacionalidad.
Pero que fuera Prevost, ahora León XIV, no pudo haber sido la mejor noticia para Trump, a priori, pues parece que al nuevo papa no le simpatizan mucho las políticas de Trump. Esto es evidente, ya que este ha sido crítico de Trump en su cuenta de X, pronunciándose en contra de muchas de las acciones migratorias en contra de los latinos.
Además, León XIV parece tener una filosofía más apegada a la de su predecesor, el papa Francisco; por ello, parece que la postura de la Iglesia Católica no cambiará mucho. En su primer discurso, el nuevo papa dijo: “Tengamos presente la voz débil, pero siempre valiente del papa Francisco, quien bendijo a Roma (…) aquella mañana de Pascua. Permítanme continuar con esa misma bendición”, defendiendo así la Iglesia que su predecesor creó.
“Queremos ser una Iglesia sinodal”, sostuvo. Aunado a esto, en la misa del domingo pidió también que, tanto la guerra de Ucrania, como la de Israel, se detuvieran.
Por otro lado, Prevost se ha mostrado muy crítico con el encubrimiento de la pedofilia. En 2015, mientras ocupaba el cargo de obispo, apoyó las investigaciones de los reporteros Pedro Salinas y Paola Ugaz, quienes destaparon un caso de tráfico de menores, fungiendo como una pieza clave. Gracias a su aportación, el papa Francisco desmontó la red en enero de este año. Esto generó gran recelo en los grupos conservadores de Perú, los cuales lo acusaron de encubrir estos hechos, según el periódico El País.
Hay otros temas interesantes, el primero es que tiene 69 años, siendo considerado un papa joven, por lo que podría comandar las riendas de la Iglesia por más de 15 años. El segundo tema es el nombre elegido para su mandato, pues este nos brinda una idea del corte que tendrá.
León XIII, fue un papa que luchó a favor de la justicia social en la primera revolución industrial, periodo que dejó a muchos en la pobreza y marginación, apoyando la creación de escuelas y hospitales católicos, para ayudarlos. Por lo que parece, León XIV, se inclina por esta misma filosofía.
León XIV tiene una responsabilidad muy grande, no solo por ser el líder de la Iglesia Católica, sino porque la Iglesia se encuentra en crisis, debido a escándalos sexuales y financieros, aunado a la generalizada pérdida de fe y la lejanía de la Iglesia entre las juventudes.
Además, carga con un peso importante: decidir si se alineará a las políticas de Trump, traicionando sus principios, o si se mantendrá crítico ante las mismas. Trump puede tener en el Vaticano a su mejor aliado político o a su más grande crítico; un enigma que solo el tiempo resolverá.