¿Por qué damos toques?; la ciencia lo explica
¿Alguna vez has sentido un pequeño “choque” al tocar una puerta metálica o al rozar a alguien? Ese extraño y a menudo incómodo fenómeno es lo que conocemos como un “toque eléctrico” o descarga estática.
Aunque parece algo trivial, en realidad es el resultado de un fenómeno físico que involucra cargas eléctricas, y su ocurrencia está influenciada por una serie de factores relacionados con el ambiente y el propio cuerpo humano.
Esta sensación electrizante se debe a la ley de la estática, que explica cómo se genera la electricidad estática cuando dos materiales se frotan entre sí, lo que provoca la acumulación de cargas eléctricas.
Este fenómeno es similar a lo que ocurre cuando el cabello se eriza al entrar en contacto con ropa de lana o abrigos en invierno. Cuando experimentamos esos “toques” o descargas eléctricas, es porque nuestros cuerpos tienen una mezcla de cargas positivas y negativas (protones y electrones).
Cuando los materiales entran en contacto, uno de ellos pierde electrones, lo que genera una carga positiva, mientras que el otro gana esos electrones, adquiriendo una carga negativa.
Si eres de las personas que constantemente experimentan descargas eléctricas, lamentablemente no existe una manera definitiva de evitar que esto ocurra. Sin embargo, no todo son malas noticias: hay formas de reducir su intensidad.
Una de las estrategias más efectivas para disminuir la frecuencia de los toques eléctricos es reducir el uso de ropa sintética, como el poliéster, el nylon o el spandex. Estos materiales, al generar fricción constante con nuestra piel o cabello, son responsables de la acumulación de electricidad estática.
