Accidente del funicular de la Gloria en Lisboa deja al menos 16 muertos


La ciudad de Lisboa está de luto tras el accidente ocurrido el miércoles en uno de sus símbolos más reconocidos: el funicular de la Gloria, declarado monumento nacional en 2002. El descarrilamiento de uno de los vagones dejó al menos 16 personas fallecidas y 23 heridas, según las últimas cifras oficiales.


¿Cómo ocurrió el accidente?
El siniestro tuvo lugar alrededor de las 18:05 horas, cuando el funicular que conecta la plaza de los Restauradores con el Barrio Alto se deslizó fuera de control. Testigos aseguraron que el vehículo descendió sin frenos, impactó contra otro funicular en una parada cercana y finalmente se estrelló contra un edificio.
Imágenes del lugar muestran al vagón amarillo prácticamente destruido. Vecinos y transeúntes fueron los primeros en auxiliar a las víctimas antes de la llegada de más de 60 efectivos de emergencias.
Las víctimas y la respuesta oficial
El primer ministro Luis Montenegro confirmó que se trata de “una de las peores tragedias humanas de la historia reciente de Portugal”. El alcalde Carlos Moedas decretó tres días de luto y expresó sus condolencias a las familias afectadas.
Entre los lesionados hubo un niño y una mujer embarazada, quienes ya fueron dados de alta. La solidaridad internacional se hizo presente con mensajes del Parlamento Europeo y de líderes como el presidente español, Pedro Sánchez.
Posibles fallas de mantenimiento
Las causas aún no se han esclarecido, pero medios lusos señalan la posible rotura del cable de tracción como origen del accidente. Sindicatos denunciaron que desde hace tiempo había quejas sobre la tensión de los cables y cuestionaron que el mantenimiento se delegara a empresas privadas.
La empresa Carris, que gestiona los funiculares de Lisboa, aseguró que todos los protocolos estaban en regla. El último mantenimiento general se realizó en 2022 y la revisión provisional en 2024.
Historia del elevador de la Gloria
El elevador de la Gloria comenzó a funcionar en 1885 y fue electrificado tres décadas más tarde. Sus vagones amarillos se convirtieron en un ícono de la ciudad, tanto como medio de transporte para salvar las empinadas calles, como atracción turística.
El trayecto cubre 275 metros en apenas tres minutos, uniendo el centro con el Barrio Alto. En 2018 ya había sufrido un descarrilamiento sin consecuencias graves.
Hoy, tras la tragedia, todos los funiculares de Lisboa han sido suspendidos para revisiones técnicas, mientras las investigaciones avanzan para esclarecer lo ocurrido y evitar que se repita una catástrofe similar.