Tailandia y Camboya acuerdan alto el fuego incondicional tras cinco días de violencia fronteriza


Ambos países ponen fin a los enfrentamientos con apoyo de ASEAN, EE. UU. y China para frenar la crisis humanitaria y restaurar la estabilidad.
Un paso clave hacia la paz en el sudeste asiático
Tailandia y Camboya acordaron un alto el fuego inmediato e incondicional tras cinco días de intensos enfrentamientos armados en su frontera compartida, un conflicto que dejó al menos 35 personas fallecidas y más de 260,000 desplazadas. El anuncio fue hecho desde Malasia por el primer ministro de ese país, Anwar Ibrahim, quien fungió como mediador en el proceso como parte de su liderazgo en la ASEAN.


El detonante: una mina terrestre
Los enfrentamientos iniciaron luego de que una mina terrestre explotara el jueves, hiriendo a cinco soldados tailandeses. Desde entonces, se desataron ataques cruzados con armas ligeras y fusiles en zonas civiles cercanas a bares y licorerías en el cantón El Empalme, afectando gravemente a las comunidades de ambas naciones.
Acuerdo de paz respaldado por potencias
El alto el fuego fue alcanzado con el respaldo de Estados Unidos y China, cuyos embajadores estuvieron presentes durante la reunión en Malasia. De hecho, la Casa Blanca atribuyó la resolución al presidente Donald Trump, quien presionó directamente a ambos gobiernos con advertencias de suspender acuerdos comerciales si no cesaban las hostilidades.
También podría interesarte:
Diplomacia y esperanza para miles de familias
El primer ministro camboyano Hun Manet y el interino tailandés Phumtham Wechayachai expresaron su compromiso con el proceso de paz y acordaron comenzar negociaciones militares formales el martes, además de una reunión fronteriza clave el 4 de agosto. Las familias desplazadas, como las de Surin en Tailandia y Oddar Meanchey en Camboya, recibieron la noticia con alivio, aunque algunos ciudadanos aún se mantienen cautelosos hasta ver resultados concretos.
Un conflicto que pone en jaque a la ASEAN
Este episodio representa una rara confrontación abierta entre miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que tradicionalmente se ha caracterizado por el diálogo y la no agresión. A pesar del acuerdo, las tensiones en la región continúan, y el cumplimiento del alto el fuego será clave para recuperar la confianza, la cooperación y la estabilidad a largo plazo.