Harvard vs. Trump: La batalla judicial por la autonomía universitaria que sacude a EE.UU.

La Universidad de Harvard demanda al gobierno de Donald Trump por congelar miles de millones en fondos federales, en medio de tensiones por políticas de inclusión y protestas estudiantiles. El conflicto pone en juego la libertad académica y el futuro de la investigación científica en el país.
Una demanda que marca precedentes
La Universidad de Harvard presentó una demanda federal contra el gobierno de Donald Trump por el congelamiento “ilegal y arbitrario” de 2,200 millones de dólares en subvenciones. La medida, según la institución, responde a su negativa a aplicar las estrictas políticas impuestas desde la Casa Blanca sobre antisemitismo y diversidad en los campus universitarios.

El dinero en juego: ¿castigo político o control ideológico?
Además de la congelación actual, Harvard alerta que se podrían perder otros 1,000 millones destinados a investigación médica, y recuerda que la administración republicana ya había amenazado con suprimir hasta 8,700 millones de dólares en fondos federales a universidades, hospitales y centros de investigación que no acaten sus lineamientos. La universidad califica estas acciones como “caprichosas y coercitivas”.
Libertad académica en el centro del debate
En la demanda, Harvard insiste en que ningún gobierno tiene derecho a dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quién pueden admitir o contratar, ni qué áreas de estudio pueden desarrollar. Según su rector, Alan Garber, renunciar a esa autonomía académica sería un atentado contra los principios fundacionales de la educación superior.
Visados y presión sobre estudiantes internacionales
Como parte de su ofensiva, la Casa Blanca amenazó con retirar visados a los estudiantes extranjeros de Harvard, que representan el 25% de su comunidad estudiantil. Esta maniobra encendió las alarmas de defensores de los derechos civiles y académicos internacionales, quienes ven en esta medida un intento de intimidación política.
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Harvard responde, Columbia cede
Mientras que la Universidad de Columbia aceptó reformas para evitar el retiro de fondos, Harvard ha optado por enfrentarse abiertamente al gobierno. Su firmeza ha sido respaldada por cientos de profesores, figuras públicas y políticos como Barack Obama, quien celebró la decisión como un ejemplo de defensa institucional frente a la injerencia política.
Investigación científica bajo amenaza
La posible retirada de fondos también afecta directamente al ecosistema científico de EE.UU. Harvard es líder en medicina, innovación tecnológica y ciencias sociales. Sus abogados advierten que “la disyuntiva es clara: o permitir que el Gobierno micro gestione la academia o poner en riesgo décadas de descubrimientos y avances científicos”.
Ideología, inclusión y protesta estudiantil
El conflicto se da en un contexto de protestas estudiantiles contra la guerra en Gaza, y acusaciones de que las universidades no han protegido a los estudiantes judíos en sus campus. Trump ha acusado a Harvard de ser un “chiste” y “refugio de izquierdistas radicales”, mientras el Congreso republicano abrió una investigación sobre sus políticas de diversidad e inclusión.