Según la NASA, el Sol incrementará su tamaño en al menos 200 veces
En unos cinco mil millones de años, el Sol, fuente de vida en la Tierra, cambiará radicalmente. A medida que se adentra en la última etapa de su ciclo de vida, se convertirá en una gigante roja, una estrella moribunda que se expandirá hasta engullir a los planetas interiores del sistema solar, incluyendo, probablemente, nuestro propio planeta.
Las estrellas como el Sol, que se encuentran en la denominada secuencia principal, pasan la mayor parte de su existencia fusionando hidrógeno en helio en sus núcleos. Esta reacción nuclear es la que proporciona la energía que mantiene el equilibrio interno entre la gravedad y la presión externa generada por la fusión. Sin embargo, una vez que el hidrógeno en su núcleo se agota, la fusión cesa y la gravedad comienza a dominar.
A medida que la gravedad comprime el núcleo, la temperatura interna de la estrella aumenta, lo que enciende una capa externa de hidrógeno que comienza a fusionarse, provocando que la estrella se expanda enormemente. Con ello, su luminosidad también aumenta y se convierte en una gigante roja. En este estado, el Sol podría llegar a ser hasta mil veces más grande de lo que es hoy, con un tamaño tan descomunal que las órbitas de los planetas más cercanos, como Mercurio, Venus y la Tierra, podrían verse completamente alteradas.
Según los estudios de la NASA, cuando el Sol alcance esta fase, sus capas externas podrían llegar hasta la órbita de la Tierra, engulléndola en el proceso. Aunque los científicos aún no han llegado a un consenso sobre si la Tierra será absorbida por el Sol o si simplemente se acercará peligrosamente a él, en ambos escenarios, la vida tal como la conocemos en la Tierra dejará de existir. El aumento de la temperatura y la pérdida de la atmósfera de nuestro planeta lo harán inhabitable mucho antes de que el Sol lo devore.
Sin embargo, la transformación del Sol en una gigante roja no es solo una noticia preocupante para la Tierra, sino que también podría tener efectos interesantes en el sistema solar. A medida que el Sol se expande, la zona habitable de su sistema —el área en la que el agua líquida puede existir en la superficie de un planeta— se desplazará hacia el exterior. Esto podría brindar una “segunda oportunidad” a algunos de los planetas y lunas más distantes.
Durante aproximadamente mil millones de años, una vez que el Sol se haya convertido en una gigante roja, su intensa luminosidad podría permitir que cuerpos helados, como las lunas de Júpiter y Saturno, experimenten un calentamiento suficiente para permitir la existencia de agua líquida. Europa, una luna de Júpiter, y Encélado, una luna de Saturno, que actualmente están congeladas, podrían ser reactivadas en términos de habitabilidad, lo que abre la puerta a la posibilidad de que surja vida en estos mundos distantes.