La abuela lo sabía: el secreto de este platillo mexicano que nadie quiere contarte
Una receta tradicional guardada celosamente por generaciones vuelve a robar cámara en las redes sociales, sorprendiendo a los más jóvenes y reivindicando a las cocineras de antaño.
Un platillo de herencia oral
En el corazón de Michoacán, específicamente en el municipio de Paracho, una receta indígena ha comenzado a viralizarse: el Uchepo. A diferencia del tamal convencional, este platillo de origen purépecha se prepara con elote tierno molido, sin masa, y cocido en hoja de maíz. El resultado es un tamal suave, dulce y delicado que tradicionalmente se sirve con crema, queso y salsa de molcajete.
Las abuelas del pueblo lo preparaban desde tiempos inmemoriales, y aunque por años se consideró “comida del campo”, hoy chefs de la alta cocina están incorporándolo a sus menús como un manjar regional.
La clave que no aparece en Google
Aunque muchos han intentado replicar el sabor del uchepo, hay un truco que no viene en ningún recetario: la sazón del grano tierno. Según Doña Irma, cocinera tradicional de 74 años, el secreto está en elegir elote “lechoso” y molerlo manualmente con piedra, no en licuadora. El vapor debe ser constante y lento, y las hojas no deben estar secas ni muy verdes.
Este conocimiento, transmitido por generaciones orales y no por libros, es lo que hace imposible que una receta digital logre el mismo resultado. De ahí que muchos afirmen que “el uchepo no se aprende, se hereda”.
De Paracho al mundo
Gracias a una serie de documentales y videos cortos compartidos en TikTok, el uchepo se está redescubriendo y cobrando protagonismo en ferias gastronómicas de todo el país. Cocineras tradicionales están siendo invitadas a congresos culinarios y festivales como el “Morelia en Boca”, donde el uchepo ha sido aplaudido como símbolo de resistencia cultural y riqueza alimentaria.
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¿Comida simple o tesoro nacional?
El auge del uchepo refleja algo más profundo: el renacer del interés por la cocina con raíz indígena, alejada de lo industrial. En tiempos donde la comida rápida domina, el uchepo representa una pausa, una memoria, y una conexión con lo que nuestras abuelas sabían: que el sabor está en lo más simple, si se hace con alma.
