Gastronomía

Así es el pejelagarto, manjar exótico de Tabasco

El pejelagarto (Atractosteus tropicus), también conocido como pejelagarto Tabasco, gaspar o majuarie, es un pez de agua dulce prehistórico que habita en ríos, lagunas y pantanos de México y Centroamérica. Considerado un fósil viviente, este peculiar pez no solo es un tesoro cultural de la región, sino también un manjar exquisito que forma parte integral de la gastronomía tabasqueña.

Su peculiar apariencia le da nombre: un cuerpo alargado y cilíndrico cubierto de gruesas escamas romboidales, y una cabeza alargada con hocico puntiagudo que recuerda a la de un cocodrilo. Esta combinación única lo convierte en una especie fascinante y deliciosa.

En la cocina tabasqueña, el pejelagarto se prepara de diversas maneras, desde asado a la leña, frito, en tamales o empanadas, hasta incluso en escabeche. Su carne blanca y magra, con un sabor ligeramente dulce y terroso, lo hace muy versátil para diferentes platillos. Un acompañamiento popular para el pejelagarto asado son las tortillas gruesas con chile amashito, una salsa picante a base de chile chiltepequín, ajo y cebolla.

Más allá de su sabor, el pejelagarto tiene un gran valor cultural en Tabasco. Su consumo se remonta a la época olmeca, y hoy en día sigue siendo un elemento importante en las fiestas y tradiciones locales. Incluso, el pejelagarto ha inspirado canciones, poemas y leyendas que celebran su importancia en la identidad tabasqueña.

Degustar un platillo de pejelagarto es una experiencia única que conecta con la historia, la cultura y los sabores de Tabasco. Un manjar prehistórico que ofrece una ventana a la riqueza natural y cultural de esta región mexicana.

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