Copainalá busca consolidarse como destino turístico tras su nombramiento como Pueblo Mágico
A un año y medio de recibir el distintivo, habitantes y artesanos locales llaman a invertir en infraestructura, gastronomía y restauración patrimonial para detonar el turismo en la región Mezcalapa.


Jennifer Aguilar, artesana de Copainalá, señala que el municipio chiapaneco necesita más inversión hotelera, restauración del Templo de San Miguel Arcángel y mayor promoción para atraer visitantes y posicionarse como un referente cultural y turístico.
A poco más de un año y medio de haber sido nombrado Pueblo Mágico —el 26 de junio de 2023—, el municipio de Copainalá, en la región Mezcalapa de Chiapas, busca consolidarse como un nuevo destino turístico del estado. Sin embargo, su despegue depende de la inversión en infraestructura, servicios y promoción, señaló la artesana Jennifer Aguilar.
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“Necesitamos que los empresarios se interesen en este lugar. Hace falta hotelería de al menos dos o tres estrellas y restaurantes con mayor capacidad. Actualmente solo hay uno frente a la plaza central”, explicó Aguilar. Además, subrayó la necesidad de mejorar las vías de comunicación desde Tuxtla Gutiérrez, así como la conexión con Tecpatán —donde se ubica el exconvento de Santo Domingo de Guzmán— y Mezcalapa, zona colindante con la presa Netzahualcóyotl.
Entre los atractivos turísticos, la artesana destacó la cultura zoque, las danzas folclóricas, los bordados tradicionales, la cascada de Zacalapa y la producción local de quesos, salsas artesanales y pimienta, elementos que reflejan la riqueza gastronómica y cultural del municipio.
Uno de los puntos más emblemáticos de Copainalá es el Templo de San Miguel Arcángel, una joya arquitectónica con más de 500 años de historia. No obstante, el edificio presenta deterioro en su techo, el cual comenzó a colapsar hace un año, por lo que se requiere la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su restauración.
En cuanto a su gastronomía, Copainalá ofrece platillos tradicionales como el adobado, la chanfaina, la tzatá —una mezcla de frijol, plátano verde y chicharrón molido—, el putzatzé (carne de res con jugo de limón) y el zispolá, gallina preparada con chile blanco y hojas de col. También destacan el pimbu (crema de elote con chipilín), tamales, pozol y atol agrio.
“El objetivo es que la gente se apropie de lo nuestro y se enorgullezca de la cultura local”, expresó Aguilar. En el ámbito textil, resaltó la blusa artesanal zoque, elaborada a mano en tres días y con un costo de alrededor de 750 pesos.
Finalmente, la artesana hizo un llamado a las autoridades estatales y federales para que impulsen el desarrollo turístico de Copainalá, un municipio con historia, tradiciones y sabores únicos que aún esperan ser descubiertos por más visitantes.







