Presentan resultados del proyecto para conservar el patrimonio natural de la Zona Metropolitana de Tuxtla Gutiérrez


Carla Mancilla, directora de Suelo Vivo e integrante del núcleo del proyecto Menos Juego, Más Ciudad, presentó los resultados del programa de conservación del patrimonio natural de la zona metropolitana, iniciativa impulsada por ciudadanía organizada en vinculación con instituciones académicas, asociaciones civiles y autoridades.
De acuerdo con el diagnóstico realizado, desde 1999 al 2025 se han perdido más de 25 mil hectáreas de cobertura forestal, con un promedio anual superior a 900 hectáreas afectadas. Este deterioro se debe principalmente a cambios de uso de suelo, expansión urbana y depósitos de material pétreo.
“La pérdida de cobertura nos hace más vulnerables como ciudad ante fenómenos como olas de calor e inundaciones”, explicó Mancilla, quien destacó la urgencia de promover infraestructura verde y soluciones basadas en la naturaleza, como las “ciudades esponja”, que permiten infiltrar agua, regular la temperatura y recargar mantos acuíferos.
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Restauración con enfoque de cuenca
A partir del diagnóstico se implementaron acciones prioritarias de restauración ecológica en zonas urbanas y periurbanas catalogadas como de mayor vulnerabilidad. Se realizaron actividades comunitarias en los municipios de:
• Tuxtla Gutiérrez
• Berriozábal
• San Fernando
• Chiapa de Corzo
• Ocozocoautla de Espinosa
Estas acciones formaron parte del Festival Ciudadano “100 en un día”, con el que se logró la siembra de más de 137 núcleos vegetales, que representan más de 8 hectáreas restauradas en 2025, con una participación superior a 1,500 voluntarios.
La técnica implementada, conocida como Miyawaki, ha demostrado tasas de supervivencia del 60 al 90%, muy por encima de las reforestaciones tradicionales que apenas alcanzan el 30%.
Ciudadanía organizada: clave del proyecto
Mancilla enfatizó que este movimiento es resultado de la iniciativa ciudadana que reclama su derecho a la ciudad y a la naturaleza:
“Buscamos instalar capacidades en la ciudadanía para que puedan emprender acciones desde su banqueta o su parque, con conocimiento del territorio”.
El proyecto impulsa una guardia comunitaria para el mantenimiento y seguimiento de los espacios restaurados, así como encuentros virtuales y herramientas de capacitación sobre vegetación nativa, donde destacan especies como:
• Árnica
• Colorín
• Matarratón
• Huizache
• Punupu
• Morro
• Coralillo
• Entre más de 20 especies de distintos estratos de la Selva Tuxleca
Además del componente ecológico, se promueve el rescate biocultural y la generación de ciudades más amables y saludables.
Vinculación institucional
El diagnóstico ha servido como herramienta técnica para orientar acciones estatales, especialmente en el programa de microcuencas, y se mantiene abierta la posibilidad de ampliar el proyecto en 2026.
“Si perdemos la cobertura en la cuenca alta y media, sufriremos las consecuencias en la cuenca baja. Es indispensable una visión integral del territorio”, señaló Mancilla.







