La Sirena de la Laguna, la leyenda que persiste en el Cerrito de San Cristóbal
En la Laguna de Chapultepec, los relatos de un espíritu femenino conocido como La Dama Blanca siguen atrayendo curiosos y alimentando la tradición oral de San Cristóbal de las Casas.
Ubicada al pie del Cerrito de San Cristóbal, la Laguna de Chapultepec es escenario de la leyenda de La Sirena de la Laguna, también llamada La Dama Blanca. Según la tradición, el espíritu de Asunción Bonifaz vaga por sus orillas, cantando e hipnotizando a quienes se acercan.
En la zona sur de San Cristóbal de las Casas se encuentra la Laguna de Chapultepec, un espacio natural rodeado de árboles y silencio, donde ha surgido la leyenda de La Sirena de la Laguna o La Dama Blanca. Este relato, transmitido de generación en generación, forma parte del folklore local y ha convertido al lugar en un sitio de interés cultural y místico.
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Habitantes cuentan que en noches de neblina puede verse a una mujer de extraordinaria belleza, vestida de blanco, caminando lentamente por la orilla y entonando un canto hipnótico que atrae a los hombres hacia el agua. Según la tradición, se trata del espíritu de Asunción Bonifaz, una joven del barrio de San Diego que se enamoró de un soldado pobre. La oposición de sus padres los separó, y en su desesperación, Asunción se arrojó a la laguna con una piedra atada al cuello.
Se dice que el soldado, al regresar herido de la guerra y enterarse de la muerte de su amada, decidió seguir sus pasos, convirtiendo la laguna en un lugar marcado por la tragedia y el misterio. Desde entonces, los pobladores aseguran que el alma de Chonita sigue rondando el sitio, y que su canto ha causado ahogamientos entre los curiosos que se acercan demasiado.
La Laguna de Chapultepec, ubicada entre el Cerrito de San Cristóbal y el periférico sur, ha sido escenario de diversos accidentes acuáticos, lo que refuerza la creencia de que el espíritu sigue presente. Para muchos, la leyenda es una explicación mística de los sucesos ocurridos en la laguna, consolidándose como una de las historias más representativas de San Cristóbal de las Casas.
