La casa de Miguel Álvarez del Toro, testigo del legado del conservacionista chiapaneco
El hogar donde vivió el creador del Zoológico Regional Miguel Álvarez del Toro se mantiene como símbolo de su contribución a la conservación de la biodiversidad de Chiapas.
En el centro de Tuxtla Gutiérrez, la antigua vivienda de Miguel Álvarez del Toro conserva su estructura original y recuerda la vida de quien dedicó décadas a proteger las especies nativas del estado, dejando un legado invaluable para la conservación en México.
Un hogar que cuenta la historia de un conservacionista
Entre 1945 y 1960, Miguel Álvarez del Toro, considerado el último gran conservacionista de Chiapas, residió en una modesta casa ubicada en la 3ª Poniente entre 1ª y 2ª Sur en Tuxtla Gutiérrez. Hoy, un discreto letrero en la banqueta recuerda que allí vivió el creador del Zoológico Regional Miguel Álvarez del Toro (ZOOMAT), el único en México dedicado exclusivamente a las especies nativas de Chiapas.
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Trayectoria profesional y contribuciones a la conservación
Originario de Colima, Álvarez del Toro llegó a Chiapas en la década de 1940, invitado por el gobernador Rafael Pascacio Gamboa para dirigir el Instituto de Historia Natural del Estado (IHNEC). Desde 1942 colaboró con Eliseo Palacios Aguilera en la creación de viveros tropicales y del Museo de Historia Natural de Chiapas, asumiendo su dirección tras el fallecimiento de Palacios Aguilera en 1944.
Durante más de 50 años, el zoólogo autodidacta se dedicó a la investigación, protección y difusión de la biodiversidad chiapaneca, hasta su fallecimiento el 2 de agosto de 1996. Su pasión por la naturaleza y su compromiso con la conservación lo convirtieron en una figura clave para la biología y ecología en México.
Un legado vivo en Tuxtla Gutiérrez
Aunque la fachada de su antigua casa muestra el paso del tiempo, sigue siendo un símbolo de su vida y obra. Además, Álvarez del Toro residió en el Parque Madero, frente al zoológico que lleva su nombre, un espacio que refleja su labor incansable por la conservación de especies locales.
La vivienda permanece como parte de la memoria colectiva de la ciudad capital, recordando a generaciones presentes y futuras la importancia de proteger la riqueza natural de Chiapas.
