La limpia espiritual de San Juan Chamula: un ritual ancestral que purifica el alma en Chiapas
En el corazón de Chiapas, la comunidad tzotzil de San Juan Chamula mantiene viva una ceremonia mística que combina tradiciones mayas y católicas para sanar el cuerpo y el espíritu.


San Juan Chamula, ubicado a pocos kilómetros de San Cristóbal de las Casas, es reconocido por su misticismo y rituales ancestrales. Uno de los más representativos es la limpia espiritual, un rito realizado por curanderos que promete liberar enfermedades y energías negativas.
San Juan Chamula: donde el misticismo cobra vida
San Juan Chamula, enclavado en la sierra chiapaneca, es un lugar donde las tradiciones indígenas tzotziles siguen vigentes. A pesar de su hermetismo cultural, esta comunidad permite a los visitantes participar en uno de sus rituales más sagrados: la limpia del alma, conocida como “chul’el”, realizada por curanderas y chamanes locales.
El poder del chul’el: la conexión con lo divino
Para los tzotziles, el chul’el representa mucho más que el alma: es el vínculo entre el ser humano y lo sagrado. Según su cosmovisión, esta energía vital puede enfermar, extraviarse o ser robada, afectando tanto el espíritu como el cuerpo. A través del ritual de limpia, los curanderos buscan restablecer ese equilibrio perdido.
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Así es el ritual de limpia con huevo, velas y refresco
El rito se realiza frente a un altar adornado con veladoras, listones y la imagen de San Juan Bautista, protector del pueblo. Durante la ceremonia, el curandero detecta desequilibrios en el pulso del paciente, hace oraciones en tzotzil, utiliza velas de distintos colores según el mal y frota el cuerpo con huevos, que posteriormente rompe en agua para “atrapar” la enfermedad.
Un detalle singular de este ritual es el uso de refresco de cola, considerado por los chamulas como “agua negra” con poder purificador. Se ofrece como ofrenda a los santos y se cree que ayuda a expulsar los males a través del eructo, purificando así el cuerpo y el alma.
En casos graves, se utiliza una gallina viva para limpiar al enfermo, sacrificándola al final del ritual como símbolo de la enfermedad que muere con el ave. La curandera también interpreta el comportamiento de las velas para confirmar si el paciente ha sido sanado o si necesita una intervención más profunda.
Preservación y respeto por la tradición
Este tipo de medicina ancestral no solo refleja la resistencia cultural de los pueblos originarios, sino también su profunda conexión con lo espiritual. Aunque el turismo ha hecho que algunas de estas prácticas sean accesibles al público, los chamulas mantienen firme la regla de no permitir fotografías, pues creen que las imágenes pueden “robar el alma”.