Flor de Seda: La joya que acompaña al Cempasúchil en los altares de Día de Muertos en Chiapas
La Celosia argentea, conocida como flor de terciopelo, no solo decora, también ofrece beneficios medicinales y alimenticios.


La flor de seda es mucho más que un adorno para los altares de Día de Muertos; su historia, colorido y propiedades la convierten en una planta esencial en la tradición y en la salud de quienes la cultivan.
En Chiapas, los altares de Día de Muertos se llenan de colores y simbolismo, y junto al Cempasúchil, la Celosia argentea —o flor de seda, flor de terciopelo o cresta de gallo— es un elemento imprescindible. Esta planta originaria de África y Asia se adapta a distintos climas y aporta valor ornamental, medicinal y alimenticio.
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En países como India y algunas naciones africanas, sus hojas y flores se consumen en ensaladas o cocidas, mientras que sus propiedades astringentes, depurativas y antibacteriales se utilizan para tratar afecciones de la piel, problemas digestivos y hasta enfermedades cardíacas.
Existen tres variedades principales: emplumada, de trigo y cresta de gallo, cada una con características únicas en altura y forma de flor. Para cultivarla al aire libre, requiere sol pleno, suelos bien drenados, fertilización equilibrada y riego moderado, garantizando plantas sanas y flores abundantes.