Un reducido grupo de migrantes procedentes de Venezuela, compuesto por Aldo, María y su leal compañero Sansón, un perro pitbull de un año y tres meses, se embarcan en la búsqueda de una vida mejor en Estados Unidos. Sin embargo, el camino ha sido sumamente difícil, lleno de carencias, fatiga, discriminación e incluso actos de violencia.
En su travesía por el estado de Chiapas, Aldo y su familia se enfrentaron a una situación impactante, ya que su perro Sansón resultó gravemente herido al ser golpeado en la cabeza por un miembro de las fuerzas locales.
Aldo relata con indignación: “Un policía le dio un palo, lo golpeó en la frente, para que soltara al perro y no lo solté. Él nos cuida de noche, está pendiente de nosotros. Es parte de la familia, mi esposa lo quiere mucho. Ella le sacó el carnet aquí mismo en Torreón, ya tiene sus vacunas y está listo para ingresar a Estados Unidos”.
Desde el principio, Aldo tuvo claro que no dejaría a Sansón al azar en su país natal, ya que el perro es una parte esencial de su familia. “No voy a permitir que Migración me quite a mi perro, en nombre de Dios. Tengo mucha fe en pasar a Estados Unidos y llevarme a Sansón conmigo”, afirma con determinación.
TE PUEDE INTERESAR: Realizan operativo para salvaguardar la seguridad de los estudiantes en Chiapas
Aunque Sansón recibió atención en un centro canino, aún requiere cuidados continuos debido a las heridas profundas sufridas a causa de los golpes.
