Municipios

Leyenda Urbana: El negro y la inglesa de Chamula

En el corazón del estado de Chiapas, el pueblo de San Juan Chamula destaca no solo por sus costumbres sincréticas y su firme resistencia cultural, sino también por las fascinantes leyendas que rodean su historia. Entre ellas, la leyenda de la construcción de su iglesia es una de las más extraordinarias, entrelazando elementos de magia y resistencia en un relato único.

San Juan Chamula, conocido por su independencia y la protección de sus tradiciones, mantiene una organización política propia y limita la presencia de extranjeros en su territorio. La llegada de los españoles en 1924, que buscaban imponer su dominio y construir una iglesia, encontró una fuerte oposición en los chamulas. La comunidad, decidida a preservar sus costumbres, se negó rotundamente a permitir la construcción de un templo cristiano en su tierra.

El punto de inflexión en la resistencia chamula llegó con la aparición de un enigmático chamán negro, conocido por sus habilidades mágicas y su reputación de poder destructivo. La influencia de este hombre, que no era chamula, creció rápidamente y empezó a inquietar a la población local. Los chamulas, alarmados por el creciente poder de este personaje, comenzaron a considerar la posibilidad de construir una iglesia, convencidos de que su ausencia podría estar vinculada a la creciente influencia del chamán.

En un acto de reverencia y desesperación, los habitantes solicitaron al chamán que indicara el lugar ideal para erigir la iglesia. El chamán, demostrando su poder mágico, se colocó en un pedestal a 40 metros de la entrada principal del lugar donde ahora se encuentra la iglesia.

Mientras el chamán daba una vuelta silbando, un fenómeno extraordinario ocurrió: piedras que estaban dispersas en el terreno comenzaron a moverse y se transformaron en carneros. Los animales, en una aparente comunión con el chamán, permanecieron junto a él antes de volver a convertirse en piedras. El espectáculo dejó a los presentes atónitos.

Sin embargo, algunas rocas permanecieron inmóviles. El chamán, irritado por su desobediencia, las llamó “Chajancavitz”, que significa “El Cerro de las Piedras Haraganas”. Este montículo de rocas rebeldes se encuentra a la izquierda de la carretera, justo antes de llegar a San Juan Chamula, y se ha convertido en un símbolo de la resistencia a las imposiciones externas.

Holdaris Selvera Tuz

Lic. En Ciencias de la Comunicación Egresada del Centro Universitario de Valladolid Experiencia como editora web en medios de comunicación

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Back to top button