Las marimbas callejeras se extinguen en el Soconusco

Las marimbas “sobaqueras”,”ambulantes” o “callejeras” en el Soconusco,al principio eran pequeñas y los marimbistas la llevaban bajo el sobaco (axila),con el tiempo las fueron cambiando por otras más grandes y tenían que ser cargadas por dos personas para recorrer las calles de Tapachula.

Conforme pasaron los años,este instrumento formado del hormiguillo se convirtió en la nueva fuente de trabajo para algunos ex integrantes de las grandes marimbas de Tapachula; quienes en los años setentas y ochentas eran el alma de las fiestas y los bailes populares; con el tiempo, fueron siendo desplazadas ante la aparición de conjuntos de música moderna o actualizada con la nueva época.

La Corona de Tapachula y La Perla de Chiapas, que llegaron a tener fama mundial y recorrieron países Europeos, Asiáticos y de Norteamérica fueron poco a poco pasando al olvido, el paso a la modernidad abrió una enorme brecha entre la música de antaño y la que empezó a surgir.

La marimba, cuya música identificaba a Chiapas en toda la nación mexicana y el mundo se fue apagando; hoy, pocas marimbas sobreviven como piezas de museo o como parte de las actividades de Casa de la Cultura.

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Los únicos que han sobrevivido son los viejos marimberos, algunos de ellos lograron enseñarle a sus hijos el arte de tocar el hermoso y mágico instrumento musical,que la leyenda dice fue traído a Chiapas desde África;ahora,las réplicas pequeñas de la marimba es tocado solamente por dos o un máximo de tres marimbistas, quienes la cargan para salir a las calles y con su linda música, que alguna vez fue orgullo de los chiapanecos, pasan el sombrero mendingando algunos pesos a los transeúntes.

Hace unos 10 años aún se podían contar hasta 40 marimbas callejeras o ambulantes que atraían el turismo local, nacional e internacional tocando su música en el corazón de la ciudad; actualmente, se presume que no quedan más de 15 marimbas callejeras, entre las que destacan: La Estrellita del Sur, Ecos de Tapachula, Teclas Morenas, entre otras.

Según narran los mismos marimbistas, han venido desapareciendo por falta de la ayuda o limosna de los transeúntes, la mayoría de la gente he perdido el gusto por esta música tradicional y nadie se detiene en la calle para escuchar el llanto de los pedazos de hormiguillo, aporreados por los ejecutores de las piezas musicales usando bolillos con cabeza de hule.

Las maderas que cantan en Chiapas, ahora lloran por el olvido de las nuevas generaciones chiapanecas, esperando que tarde o temprano alguien acuda a su rescate.