

En el pintoresco barrio de la Merced, en San Cristóbal de Las Casas, una tensa situación ha surgido en torno a la Iglesia local. El presbítero a cargo de la parroquia ha propuesto mover la venerada Imagen de la Virgen de la Merced a otra capilla, lo que ha desatado un profundo descontento entre los feligreses, quienes consideran esta medida como una falta de respeto hacia su devoción.
Ante este escenario, Julio Domínguez Díaz, reconocido historiador e investigador de imágenes religiosas, ha expresado su preocupación en una entrevista. Domínguez enfatizó que, según la tradición y la estructura eclesiástica, la máxima autoridad en el templo es el presbítero, quien tiene la potestad para decidir sobre el traslado de imágenes dentro de la Iglesia. Sin embargo, el historiador señaló la posibilidad de que detrás de esta decisión existan motivaciones económicas, insinuando la presencia de intereses financieros por parte del clero y otros miembros de la Iglesia.
La disputa ha puesto en relieve no solo la importancia de la devoción religiosa, sino también la necesidad de mantener la integridad moral y el respeto hacia los fieles. Domínguez advirtió sobre los riesgos de desviar la atención hacia intereses económicos, lo que podría llevar a la comercialización de la fe religiosa y erosionar la confianza de la comunidad en las autoridades eclesiásticas.
Mientras tanto, los fieles de la Iglesia de la Merced continúan manifestando su desacuerdo con la medida propuesta, instando a las autoridades eclesiásticas a reconsiderar su decisión y respetar la devoción arraigada en su comunidad. La controversia religiosa en San Cristóbal de Las Casas está lejos de resolverse, dejando en evidencia las complejas dinámicas entre la fe, la autoridad eclesiástica y los posibles intereses mundanos dentro de la Iglesia.