Opinión

Puebla muestra al mundo una industria de reuniones que se autogobierna

PUNTO DE ENCUENTRO - Eduardo Chaillo Ortiz

México llega a la XXXI edición del Congreso Nacional de la Industria de Reuniones (CNIR) en un punto alto de su historia. Lo que alguna vez dependió de oficinas gubernamentales para existir es hoy un entramado privado que se financia, se gestiona y se proyecta con autonomía. Esta semana, Puebla es el escaparate de esa transformación: una entidad que, bajo el liderazgo de una secretaria de Turismo fresca, promotora y dinámica, acogió el congreso desde el primer momento y le imprimió energía renovada.

DE LOS PRIMEROS PASOS A LA VOZ GLOBAL

Detrás de esta fortaleza está el Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR). Desde que Roberto Ibarra asumió la presidencia inaugural, cada administración ha sumado capas de profesionalismo, diálogo institucional y presencia internacional. Esta trayectoria demuestra que el fortalecimiento no ha sido obra de un solo periodo, sino el resultado de una construcción colectiva.

APORTES QUE MARCAN UNA ETAPA

El período que ahora concluye, liderado por Michel Wohlmuth, es buen ejemplo de ello. La incorporación del COMIR al Events Industry Council le dio a México un asiento estable en el debate global. Su presencia en ferias como IMEX y FIEXPO fortaleció la presencia del país en los mercados clave. Y, con igual empeño, colocó en el centro una agenda social y ambiental: desde programas de bancos de alimentos para reducir el desperdicio en eventos hasta un acuerdo con CNET y la World Meetings Forum Foundation que impulsa la inclusión laboral.

Lo que representa este CNIR

El CNIR de Puebla reunirá más de mil especialistas del ramo, ofrecerá aproximadamente 40 horas de contenido especializado, y contará con espacios de experiencias, citas de negocios (hosted buyers), actividades recreativas como zona wellness y eventos sociales. Es un punto de intercambio profesional intenso, un espacio para explorar innovación, sostenibilidad, inclusión y buenas prácticas, al tiempo que sirve como marco para la transición de liderazgo dentro del COMIR.

LA FUERZA DE LAS REGIONES COMO ESTRATEGIA

Otro frente decisivo ha sido el trabajo con los destinos. La incorporación de Riviera Diamante Acapulco, Los Cabos, Alianza Cancún y Monterrey como miembros activos del COMIR ha permitido tejer una red que reconoce la diversidad de cada región. Algunos, como Monterrey, ya contaban con trayectoria consolidada, pero su participación dentro de la cúpula fortalece el proyecto común.

Al mismo tiempo, la industria ha ganado capacidad de diálogo político. Las propuestas presentadas a las plataformas electorales en 2024 abrieron un canal con el nuevo gobierno federal y con la Secretaría de Turismo para dar forma a un Buró Mexicano de Convenciones, un instrumento que colocaría a México en una posición competitiva frente a otros grandes jugadores del mercado global.

UN LIDERAZGO QUE MIRA AL FUTURO

En Puebla, Luis Díaz, director general de Expo Santa Fe y COExpo, asume la presidencia del COMIR con una plataforma robusta y una estrategia que no empieza de cero, sino que continúa una obra colectiva.

UNA INDUSTRIA QUE SE ADUEÑA DE SU DESTINO

Hoy el CNIR es el emblema de una industria que aprendió a autogestionarse, capaz de generar impacto económico, social y ambiental. El encuentro en Puebla es mucho más que un congreso: es una expresión de madurez colectiva y de la fuerza de un sector que entiende que su competitividad global se nutre de conocimiento, colaboración y compromiso.

UNA NOTA PERSONAL

Desde mi experiencia cercana, quiero expresar mi gratitud a Michel Wohlmuth por su trabajo voluntario y su apertura a ideas externas. Haber podido aportar como “asesor” a su gestión ha sido un privilegio. Su paso deja un Consejo fortalecido y una industria que se mueve con paso firme, consciente de que su mejor carta no es solo su capacidad de convocatoria, sino su compromiso con el país y su proyección internacional.

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Back to top button