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Reliquias de santos y mártires en México: templos que resguardan fragmentos sagrados

En México, varios templos preservan restos de santos y mártires como símbolo de fe, intercesión y devoción para los fieles.

Desde fragmentos de huesos hasta objetos personales, los templos mexicanos resguardan reliquias que conectan a los fieles con la espiritualidad y la historia del cristianismo. La Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y otros santuarios destacan por su riqueza histórica y devocional.

En distintas iglesias de México, especialmente en la Ciudad de México, se mantiene la antigua tradición de conservar reliquias de santos y mártires. Estos restos, que incluyen fragmentos óseos y objetos personales, representan la presencia espiritual del santo y su intercesión ante Dios, convirtiéndose en elementos de profunda veneración para los fieles.

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Catedral Metropolitana: epicentro de las reliquias

La Capilla de las Reliquias de la Catedral Metropolitana resguarda más de 200 reliquias de primer y segundo grado, incluyendo restos de San Felipe de Jesús, el primer santo mexicano martirizado en Japón, y Santa Felícitas, patrona de los niños. San Vital, patrono de los estudiantes, tiene sus reliquias expuestas durante todo el año, mientras que en 2024 se recibió un fragmento óseo de primer grado de San Judas Tadeo, llevado en peregrinación por distintos templos del país.

Bajo el Altar de los Reyes se encuentra la Cripta de los Arzobispos, donde descansan figuras clave como Fray Juan de Zumárraga, primer arzobispo de México, reforzando el valor histórico y espiritual del recinto.

Otros templos con reliquias en México

Además de la Catedral, el Templo de Santa Teresa la Nueva conserva reliquias de Santa Celeste, mientras que la Basílica de Guadalupe resguarda fragmentos del beato Carlo Acutis, donados por sus padres. En Chiapas, los devotos de San Pascualito Rey veneran restos representados como esqueletos, manteniendo viva la tradición local de conexión con la muerte y la resurrección.

Desde los primeros siglos del cristianismo, las reliquias se consideraban portadoras de protección y bendición, siendo colocadas bajo los altares como signo de consagración. En México, estas prácticas perduran, recordando a los fieles que la santidad continúa viva a través de la devoción, la historia y los fragmentos sagrados que resguardan los templos del país.

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