Israel y la CPI
Por José Miguel Martínez
La Corte Penal Internacional (CPI) es la institución encargada de juzgar los cuatro crímenes internacionales: crimen de agresión, crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio. En este contexto, la CPI emitió el 21 de noviembre una orden de aprehensión contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant. ¿El motivo? Cometer crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra desde el 8 de octubre de 2023, en perjuicio del pueblo palestino.
En respuesta, y reconociendo la jurisdicción de la Corte, la mayoría de los países que conforman tanto el G7 como el continente europeo sostuvieron que, si Netanyahu pisara su territorio, sería arrestado. Por otro lado, países “aliados” de Israel, como Estados Unidos, Hungría, Paraguay y Argentina, han rechazado la sentencia de la CPI.
En general, es sumamente difícil que las órdenes de arresto emitidas por la Corte cumplan su cometido, pues no existe ninguna fuerza internacional con la capacidad ni los instrumentos legales para violar la soberanía de un Estado y arrestar a alguien dentro de un territorio ajeno. A esto se suma que muchas de las grandes potencias, como Estados Unidos, no reconocen ni a la Corte Penal Internacional ni a la Corte Internacional de Justicia y, por ende, no sienten la responsabilidad de acatar sus normas ni sus sentencias.
Otro ejemplo concreto es la orden de aprehensión dirigida a Vladimir Putin, presidente de Rusia, la cual no ha sido atendida, lo que ha permitido a dicho líder continuar con la guerra contra Ucrania, cometiendo múltiples crímenes internacionales en el proceso.
Dejando de lado los retos y obstáculos que existen en torno a las instituciones internacionales, esta orden de arresto se vuelve especialmente interesante, ya que es la primera que se emite contra un aliado de Estados Unidos desde la creación de la CPI en julio de 1998.
Desafortunadamente, debido a las implicaciones en el juego internacional y a la fuerte alianza entre Israel y Estados Unidos, es poco probable que se lleve a cabo la aprehensión de Benjamín Netanyahu. Esto inevitablemente pone en duda si realmente la CPI es un instrumento que permite el acceso a la justicia internacional o si, en realidad, es un simple adorno, como muchos otros tribunales y herramientas “de justicia”.
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