Entre bloqueos y licencias: Venezuela envía crudo a Texas en plena “cacería naval” de EE.UU.


Mientras Washington confisca buques de la llamada “flota fantasma” y persigue un tercer objetivo en el Caribe, Caracas anuncia la salida legal del petrolero Canopus Voyager operado por Chevron.
En un escenario de alta tensión diplomática y maniobras navales en el Mar Caribe, el gobierno de Venezuela anunció este domingo el zarpe de un buque cargado con crudo rumbo a Estados Unidos. La operación, realizada por la petrolera Chevron, ocurre paradójicamente mientras la administración de Donald Trump intensifica su bloqueo y realiza una “persecución activa” contra otras embarcaciones venezolanas.
La vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, confirmó a través de su canal de Telegram la salida del buque Canopus Voyager. Según la funcionaria, este envío se realiza en “estricto apego a las normas y en cumplimiento de los compromisos asumidos”, destacando que Venezuela sigue respetando la legalidad internacional pese al asedio.


La excepción de Chevron
La clave de este movimiento radica en una licencia especial del Departamento del Tesoro de EE.UU., la cual permite a Chevron operar en asociación con la estatal PDVSA y exportar crudo venezolano, eximiéndola de las sanciones generales. “¡Nada ni nadie detendrá a nuestra patria en su camino de avance!”, declaró Rodríguez, acompañando el anuncio con un video del navío, intentando proyectar una imagen de normalidad comercial frente a las acciones punitivas de Washington.
La ofensiva de Washington: Contra la “Flota Fantasma”
El contexto fuera de la operación de Chevron es radicalmente distinto. Apenas el sábado, la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, confirmó la confiscación del tanquero Centuries (con bandera panameña). La Casa Blanca alegó que se trata de un buque de “bandera falsa” perteneciente a la “flota fantasma venezolana”, utilizada presuntamente para traficar petróleo robado y financiar al gobierno de Nicolás Maduro.
Esta es la segunda incautación en menos de dos semanas, tras la captura del buque Skipper el pasado 10 de diciembre. La portavoz adjunta de la Casa Blanca, Anna Kelly, insistió en que estas naves transportan recursos de una empresa sancionada, justificando las acciones bajo la acusación de que Caracas lidera una red de “narcoterrorismo”.
También podría interesarte:
“Piratería de corsarios”
La respuesta desde el Palacio de Miraflores no se hizo esperar. El presidente Nicolás Maduro calificó las incautaciones como actos de “piratería de corsarios” y un robo descarado de los activos de la nación. “Venezuela tiene 25 semanas enfrentando y derrotando una campaña de agresión que va desde el terrorismo psicológico hasta los corsarios que han asaltado petroleros”, sentenció el mandatario, asegurando que ejercerán todas las acciones legales correspondientes.
Mientras el Canopus Voyager navega “legalmente” hacia Texas, fuerzas estadounidenses mantienen una operación activa este domingo para interceptar un tercer petrolero en aguas caribeñas, consolidando el bloqueo total anunciado recientemente por Donald Trump para asfixiar los ingresos del gobierno venezolano.




