El presidente de Rusia, Vladímir Putin, lanzó un nuevo desafío a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, al proponer que el esperado encuentro bilateral tenga lugar en Moscú. La iniciativa, presentada como una “invitación”, fue rechazada por Kiev, que calificó la propuesta de inaceptable y recordó que existen múltiples países dispuestos a mediar en un proceso de paz.
El ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, aseguró en la red social X que al menos siete países, entre ellos Austria, el Vaticano, Suiza, Turquía y tres Estados del Golfo, han ofrecido su territorio para recibir a ambos mandatarios.
“Estas son opciones serias. Ucrania está lista para reunirse en cualquier momento y en cualquiera de estos lugares”, afirmó, antes de acusar a Putin de “enredar” el proceso diplomático con condiciones imposibles.
Putin, quien compareció en rueda de prensa desde China, reconoció que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le pidió expresamente aceptar el encuentro con Zelenski.
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“Si Zelenski está listo, que venga a Moscú”, dijo, aunque puso en duda la utilidad de una cita en estas condiciones: “¿Tienen algún sentido estas reuniones?”.
El líder ruso insistió en que la seguridad de Ucrania no puede garantizarse “a expensas de Rusia” y reiteró su oposición a la incorporación de Kiev a la OTAN. También advirtió que la transferencia de activos rusos congelados a Ucrania representaría “un daño inmenso” para la economía global.
Pese a las tensiones, Putin afirmó ver “cierta luz al final del túnel” gracias a los esfuerzos diplomáticos de Trump, aunque dejó claro que si el diálogo fracasa, Moscú continuará con sus objetivos “por medios militares”.
Paralelamente, aseguró que el ejército ruso avanza con éxito en varios frentes, mientras que calificó la situación ucraniana como “crítica”.
La invitación a Moscú añade un nuevo capítulo a la guerra diplomática que acompaña al conflicto iniciado en febrero de 2022. Mientras Zelenski mantiene la disposición de dialogar bajo auspicio internacional, Rusia insiste en condicionar la negociación a escenarios que fortalecen su posición, manteniendo abiertas las dudas sobre un proceso de paz realista.
