Donald Trump no es inmune a ser procesado por presuntos delitos que cometió durante su presidencia para revertir los resultados de las elecciones de 2020 en Estados Unidos, determinó el martes un tribunal federal de apelaciones.
El fallo es un duro golpe para la defensa clave de Trump hasta ahora en el caso federal de subversión electoral presentado contra él por el abogado especial Jack Smith.
El expresidente había argumentado que la conducta por la que Smith le acusaba formaba parte de sus funciones oficiales como presidente y, por tanto, le eximía de responsabilidad penal.
“A efectos de este caso penal, el expresidente Trump se ha convertido en el ciudadano Trump, con todas las defensas de cualquier otro acusado penal. Pero cualquier inmunidad ejecutiva que pueda haberle protegido mientras ejercía como presidente ya no le protege contra este proceso”, escribió el tribunal.
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La estrategia legal de Trump
La estrategia de utilizar la inmunidad presidencial se ha convertido en un recurso frecuente por parte de los abogados de Trump. Buscan prolongar los procesos judiciales para evitar que coincidan con las elecciones presidenciales de noviembre, donde Trump se perfila como favorito para la nominación republicana.
Este martes, se emitió una decisión judicial después de que el pasado 24 de diciembre, Trump solicitara a la corte de apelaciones anular la decisión de un juez de menor instancia que rechazó los reclamos de inmunidad presentados por su equipo legal. Argumentan que la acusación es inconstitucional, ya que sostienen que los presidentes solo pueden ser procesados penalmente si son condenados previamente por el Senado.
El juicio del ex-presidente Donald Trump
En relación con el juicio por el asalto al Capitolio, la jueza federal Tanya Chutkan de Washington pospuso la fecha de inicio, originalmente programada para el 4 de marzo. Esta decisión afecta una de las cuatro imputaciones penales contra Trump en diversos tribunales.
Además, enfrenta cargos en un tribunal estatal de Georgia por presuntamente liderar una trama para alterar resultados electorales, así como en Nueva York por supuestos pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels durante la campaña electoral de 2016.
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