Liliana Guadalupe, una niña de 12 años conocida cariñosamente como “Lupita”, fue encontrada sin vida dentro de una vivienda en el Barrio Colón, en el centro de la capital chiapaneca, el pasado miércoles 23 de octubre, después de haber sido reportada como desaparecida cuatro días antes. La menor, perteneciente a una familia dedicada a la venta de chicharrines, desapareció mientras realizaba su venta en la ciudad.
Liliana Guadalupe había salido de su hogar en el municipio de Berriozábal el sábado 19 de octubre para dirigirse a Tuxtla Gutiérrez, donde vendía sus aperitivos. Ese día, cámaras de seguridad captaron a la niña caminando por la Séptima Norte del Barrio Colón a las 17:27 horas, momento en que se registró su último rastro. A partir de entonces, su paradero fue desconocido.
Preocupados por no tener noticias de Lupita, sus familiares acudieron a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chiapas para reportar su desaparición. De inmediato, se activaron los protocolos de búsqueda y se emitió una Alerta Amber para localizar a la menor. La familia, angustiada por su desaparición, organizó guardias en la el Barrio Colón de Tuxtla, donde la niña acostumbraba vender sus productos, mientras recorrían las mismas calles que en su momento recorrieron su madre, abuela y hermanas, también vendedores ambulantes.
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La búsqueda concluyó cuatro días después, el miércoles 23 de octubre, cuando las autoridades judiciales emitieron una orden de cateo para una vivienda ubicada en la Séptima Norte, entre la Cuarta y Quinta Poniente, del Barrio Colón. Basados en las pistas y testimonios que indicaban que Liliana Guadalupe había estado en la zona, elementos de la Fiscalía realizaron el cateo. Fue cerca de las 15:00 horas cuando uno de los agentes observó parte del pie izquierdo de la niña sobresaliendo del suelo en el patio trasero de la vivienda, lo que llevó a la excavación y al hallazgo del cuerpo.
El cuerpo de Liliana presentaba una herida en el cuello y estaba desnudo, según los primeros reportes de las autoridades. Personal de Servicios Periciales se encargó del levantamiento del cadáver y su traslado al Servicio Médico Forense (SEMEFO), donde se realizarían las pruebas forenses para esclarecer las causas del fallecimiento. Al mismo tiempo, se llevaron a cabo las diligencias necesarias para recabar más pruebas en el lugar.
La noticia causó indignación y consternación entre los familiares y la ciudadanía en general, así como entre colectivos feministas como Madres en Resistencia. La colectiva, que había estado apoyando en la búsqueda de Lupita, criticó el manejo de las autoridades en las investigaciones. Isabel Torres, integrante del colectivo, denunció que un día antes del hallazgo, ya se habían señalado a las autoridades ciertas señales de alerta en la zona, pero las autoridades no actuaron de inmediato, esperando hasta contar con una orden de cateo.
El cuerpo de Liliana fue entregado a su familia al día siguiente, este jueves 24 de octubre, para realizar el velorio. Durante ese mismo día, la Fiscalía General del Estado emitió una ficha de búsqueda de Víctor José Carrera Mayor, a quien señalaron como el principal sospechoso en el feminicidio de Liliana. La fiscalía ofreció una recompensa de 500,000 pesos a quien brinde información que permita localizar al presunto responsable.
El sepelio de Liliana Guadalupe se llevó a cabo en el panteón municipal de Berriozábal, el municipio donde residía junto con su familia. Aproximadamente 200 personas, entre familiares, amigos y miembros de la comunidad, se reunieron para despedir a la niña. Durante el funeral, la familia reiteró su llamado a las autoridades para que se haga justicia por la muerte de Lupita, y solicitaron que el responsable sea capturado y llevado ante la justicia.
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