Leyenda Urbana: La Bruja Enedina de San Cristóbal de Las Casas

En el Panteón Municipal de San Cristóbal de Las Casas reposa una figura envuelta en misterio y leyenda: Enedina García, conocida popularmente como La Bruja de San Cristóbal. Nacida en mayo de 1876 y fallecida en febrero de 1900, su tumba se ha convertido en un sitio de intriga y fascinación local, rodeada de mitos que desafían la realidad.
Enedina García, figura destacada en la medicina natural de su tiempo, fue sepultada con sus conocimientos y pertenencias, y desde entonces su historia ha sido objeto de leyendas. Según los relatos, la última sirena de su tumba, un distintivo tallado en la piedra de su nicho, marcará el momento en que regresará de entre los muertos. Esta creencia ha alimentado diversas historias y especulaciones entre los habitantes de San Cristóbal.
El apodo de “La Bruja” proviene de las acusaciones y rumores que la rodearon en vida. Se decía que Enedina acumuló una fortuna gracias a sus prácticas de curandería, lo que llevó a la sociedad de la época a etiquetarla como una figura controvertida. Sin embargo, sus familiares y algunos sancristobalenses aseguran que Enedina fue una curandera respetada, cuyas hierbas y remedios naturales verdaderamente ayudaron a quienes buscaban sus tratamientos.
Hoy en día, la tumba de Enedina García, adornada con sirenas talladas, se encuentra en la parte sur de la iglesia del panteón. A pesar de las leyendas, se observa que algunas personas dejan flores en su tumba, con la esperanza de recibir ayuda o bendiciones desde el más allá. Los rumores sugieren que estos actos de devoción están motivados por la creencia de que Enedina aún puede influir en la vida de quienes creen en su poder.