
Como cada año, las calles de Tuxtla Chico se llenaron de color y devoción en honor a la santísima virgen de la Candelaria, para lo cual, cientos de artesanos dedicaron horas en la elaboración de alfombras de aserrín, en esta ocasión alusivas a la Paz, al Jam Ach’ulel (abrir tu conciencia) así como a la flora y fauna representativa de la región, en donde la chiapanequidad se vio reflejada.
El arte efímero, contaba con diseños detallados y vibrantes, estas alfombras reflejaron la fe y tradición de la comunidad, convirtiéndose en un espectáculo visual único en la región, para lo cual los turistas y habitantes de Tuxtla Chico abarrotaron las calles toda la tarde y noche de este domingo.
Esta celebración es la simbiosis entre lo religioso y las costumbres, que desde 1994 se ha popularizado junto a este festejo que inicia nueve días antes del 2 de febrero, fecha en la que se celebra a la santísima virgen de Candelaria, que también coincide con los 40 días del Niño Jesús y su presentación a la iglesia.
Estas alfombras se comenzaron a elaborar en el año 1994 y fueron las señoras Lesbia Cruz de Herrera y Gloria Morales de Guzmán que iniciaron con esta tradición con la elaboración de alfombras sencillas con flores elaboradas frente a sus casas.
La tradición de decorar las calles de esta manera comenzó en Europa y fue traída a América por los españoles y es Tuxtla Chico, Chiapas, que las elabora en esta temporada para saludar a la procesión religiosa que camina sobre ella en honor a la santísima.