Leyenda Urbana: La trenzuda de San Cristóbal de las Casas
En el corazón del Barrio de San Antonio, circula una inquietante leyenda sobre “La Trenzuda”, una criatura que mezcla la apariencia de una pantera negra con el rostro de una mujer de cabello largo y trenzado. Según cuentan, La Trenzuda se aparece ante hombres jóvenes y atractivos, frotándose contra ellos como un gato o lamiéndoles las manos. Su objetivo es llevarlos a lugares oscuros y solitarios, donde, si se lo permiten, los besa en la cara o en los labios.
Una de las historias más escalofriantes sobre La Trenzuda involucra a un joven parrandero de 18 años, Pablo Solorzano. En una noche de copas, La Trenzuda se le apareció y le confesó su soledad, preguntándole si la amaría. Pablo, desconcertado, respondió que si fuera mujer, sí la amaría. La Trenzuda le prometió que en 15 años volvería convertida en mujer para estar juntos. Años después, cuando Pablo cumplió 33 años, desapareció misteriosamente sin dejar rastro, dejando a la comunidad perpleja y con la inquietante pregunta sobre si la promesa de La Trenzuda se había cumplido.
Otra leyenda intrigante es la del Guajolote Emplumado. En 1890, la señora María Patishtan era conocida en el mercado por vender un guajolote que, sorprendentemente, desaparecía al día siguiente del corral donde lo colocaban. Sin embargo, el verdadero misterio no era el guajolote, sino la señora María. Resulta que María era una bruja que transformaba a su marido en un guajolote para engañar a los compradores y estafar a la comunidad de Las Piedrecitas. Cada noche a las 12 am, el hechizo se rompía, y el marido regresaba a casa para disfrutar del dinero obtenido de sus engaños. Hasta el día de hoy, la cantidad de personas engañadas por María y su marido sigue siendo un enigma no resuelto.
Estas leyendas, cargadas de misterio y magia, continúan cautivando e inquietando a quienes las escuchan, recordándonos que, en algunos rincones del mundo, lo sobrenatural siempre está al acecho.