La Comisión Nacional del Agua (Conagua) informó este miércoles 2 de agosto que una zona de baja presión, asociada a la onda tropical número 18 y localizada al sur de Chiapas, ha aumentado su probabilidad de evolucionar a ciclón. Según el reporte, la probabilidad de desarrollo ciclónico ha aumentado en un 20% para las próximas 48 horas y un 70% en siete días.
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Actualmente, la zona de baja presión se encuentra aproximadamente a 235 kilómetros al suroeste de la desembocadura del río Suchiate, en la frontera entre México y Guatemala. Se desplaza al oeste-noroeste a una velocidad de 18 a 27 kilómetros por hora.
El encargado de Protección Civil en el estado, mencionó la importancia de que la población atienda las recomendaciones de los expertos ,como la petición de alejarse de los ríos y arroyos que cada día aumentan su caudal y en cualquier momento pueden desbordarse, afirmó la fuente.
“Estamos en plena temporada de ciclones y huracanes ,por lo que se ha convocado a todos los chiapanecos a cuidarse, no bajar la guardia, alejarse de las zonas que representan un peligro y no caer en exceso de confianza”, mencionó el titular de Protección Civil en Chiapas.
En esta labor de prevención y rescate colaboran miembros del Ejército Mexicano, la Marina, Guardia Nacional así como corporaciones federales, estatales y municipales de seguridad, protección civil y representantes del sector salud, concluyó diciendo el vocero.
Además, otra zona de baja presión, ubicada al noreste de las Antillas Menores en el Atlántico, mantiene una probabilidad del 10% de convertirse en un ciclón tanto en las próximas 48 horas como en siete días. En la actualidad, esta zona se encuentra aproximadamente a 3,035 kilómetros al este-noreste de las costas de Quintana Roo, desplazándose hacia el norte.
Las condiciones climáticas en el océano Atlántico y el Pacífico pueden ser cambiantes y es esencial seguir de cerca los reportes meteorológicos para prevenir riesgos y tomar acciones preventivas en caso de que las zonas de baja presión evolucionen hacia ciclones. La seguridad y bienestar de la población deben ser la prioridad en situaciones de posible impacto climático.
