Artesanos del chocolate se extinguen junto al cacao

Chocolateros artesanos de la costa chiapaneca siguen viendo con tristeza y desesperación, que la producción del cacao en los municipios de la costa del Soconusco está siendo desplazada por la siembra del rambután.
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Como consecuencia de la baja producción del cacao, el precio del chocolate artesanal sigue aumentando, ya es difícil conseguir la milenaria bebida y quedan pocos artesanos que la fabrican en la zona de los municipios de Cacahoatán y Tuxtla Chico; sin que ninguna instancia de gobierno se preocupe por brindarles ayuda, mucho menos industrializar la zona cacaotera.

El chocolate artesanal, una bebida nutricional y energética que durante muchas décadas ha sido representativa de esta región fronteriza con Guatemala, hoy está a punto de extinguirse entre el olvido de las autoridades y el número de productores de cacao que lo están cambiando por la producción del rambután.
Doña Josefa, una mujer que ha logrado engañar al tiempo y se conserva con la fuerza de una juventud que solo ha minado un poco su cuerpo, conserva también una de las pocas fábricas artesanales del chocolate en el municipio de la llamada ‘Tierra de Dios’, ubicada a un kilómetro de la frontera con Guatemala, ahí, Doña Chepita aprendió con sus abuelos la elaboración del rico chocolate, sus hijos son ya la tercera generación que lo produce.
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La pequeña fábrica productora de chocolate artesanal en Tuxtla Chico, es también creadora de una fuente local de trabajo en la que se contrata principalmente a mujeres; el arte de Doña Chepita, ha sido reconocido a nivel internacional, así lo demuestra exhibiendo con orgullo diplomas de sus exposiciones en Europa, en donde su producto ha logrado exportarse por el gusto que le tienen los pobladores del viejo continente, le platica a los representantes de algunos medios de comunicación que la visitan.

Ojala que el gobierno chiapaneco y mexicano decidieran apoyar a estos artesanos del chocolate, un milenario producto que se convirtió en una bebida energética heredada de sus antepasados de la raza Quiché, una zona descubierta por Pedro de Alvarado cuando conquistó la región del Soconusco y creó Tuxtla Chico(lugar de conejos) el pueblo más antiguo del Soconusco, solo cuestionado en la historia por la antigüedad de Huehuetán,(lugar de viejos).