

Las vacaciones de verano ya están aquí, y mientras algunos habitantes de Tuxtla Gutiérrez deciden salir de la ciudad para disfrutar con sus familias, otros turistas llegan desde lejos para experimentar la riqueza gastronómica y cultural que ofrece la capital de Chiapas. Si te encuentras en Tuxtla Gutiérrez o planeas visitarla, aquí te presentamos algunas actividades imperdibles para que aproveches al máximo tu estancia.
1. Probar Platillos Típicos y Tomar Pozol
Una de las mayores atracciones de Tuxtla Gutiérrez es su variada y deliciosa gastronomía. No puedes dejar de probar platillos tradicionales como los tamales de chipilín, la sopa de pan, el cochito horneado y, por supuesto, el pozol, una bebida refrescante a base de maíz y cacao. Los mercados locales y restaurantes de la ciudad son los mejores lugares para degustar estos sabores únicos.
2. Tour por la Ciudad
Conocer Tuxtla Gutiérrez es una experiencia enriquecedora. Puedes comenzar con un recorrido por el centro histórico, donde encontrarás la Catedral de San Marcos, un ícono arquitectónico de la ciudad. No te pierdas el Museo Regional de Chiapas, que ofrece una visión completa de la historia y cultura de la región. Además, un paseo por el Parque Central Miguel Hidalgo te permitirá disfrutar de la vida cotidiana y la calidez de sus habitantes.
3. Visitar el Cañón del Sumidero
El Cañón del Sumidero es una maravilla natural que no puede faltar en tu itinerario. Ubicado a solo unos kilómetros de la ciudad, este impresionante cañón ofrece espectaculares vistas y una biodiversidad única. Los tours en lancha te permitirán recorrer el río Grijalva y admirar las altas paredes del cañón, así como la flora y fauna que lo habitan, incluyendo cocodrilos, monos y diversas aves.
4. Cenar en el Parque de la Marimba
Para cerrar tu día con broche de oro, visita el Parque de la Marimba, un lugar emblemático donde se respira música y tradición. Cada noche, este parque se llena de vida con las melodías de la marimba, un instrumento típico de Chiapas. Aquí podrás disfrutar de una cena al aire libre en alguno de los restaurantes cercanos, mientras te deleitas con la música y observas a las parejas bailando al ritmo de la marimba.