Expresidente de Honduras es declarado culpable por narcotráfico
El ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue declarado culpable de tráfico de narcóticos y armas por un tribunal federal de Nueva York, tras un juicio histórico que podría resultar en una condena de por vida en prisión.
El jurado, luego de deliberar por un día y medio, anunció su veredicto unánime, declarando a Hernández culpable de los tres cargos imputados por la fiscalía: conspiración para enviar cocaína a Estados Unidos, así como para traficar y poseer armas. La sentencia se dará a conocer el 26 de junio.
Hernández, al abandonar la sala del tribunal, proclamó su inocencia y expresó amor hacia su familia. Aunque su abogado anunció que apelarán el fallo, la fiscalía sostiene que Hernández convirtió a Honduras en un narcoestado durante su mandato (2014-2022), facilitando el paso de drogas desde Colombia hacia Estados Unidos a cambio de millones de dólares provenientes de carteles de la droga, incluido el de Sinaloa.
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Este veredicto marca un hito en los esfuerzos del Departamento de Justicia por desmantelar las redes de narcotráfico que perjudican a los Estados Unidos. Hernández se une a otros hondureños condenados por delitos similares, incluidos su hermano Tony Hernández y colaboradores cercanos.
El gobierno de Honduras emitió un comunicado en el que lamenta el fallo contra Hernández y reconoce la complicidad del sistema de justicia hondureño con el crimen organizado durante su presidencia.
La noticia fue recibida con celebración por parte de los opositores a Hernández, quienes esperan una condena ejemplar para que el ex presidente pague por el daño causado al país. Mientras tanto, la élite política y económica de Honduras ha operado en impunidad, a pesar de estar involucrada en actividades ilícitas.
El caso de Hernández refleja los esfuerzos conjuntos entre Honduras y Estados Unidos para combatir el narcotráfico, que ha resultado en la extradición de numerosos individuos relacionados con este delito. Sin embargo, la activista Karen Spring señala que, a pesar de este progreso, la élite política hondureña ha continuado operando sin consecuencias graves.
