Tres estrategias para reducir los carbohidratos de las pastas navideñas y evitar picos de azúcar en sangre
Pequeños ajustes en ingredientes, orden de consumo y preparación permiten disfrutar de las pastas de Navidad con menor impacto en la glucosa.


Las pastas y platillos a base de harinas son comunes en las celebraciones navideñas, pero su consumo puede elevar rápidamente el azúcar en sangre. Especialistas en nutrición comparten tres trucos prácticos para disminuir su carga glucémica sin renunciar al sabor.
Durante la temporada navideña, las pastas y platillos elaborados con harinas refinadas suelen ocupar un lugar destacado en la mesa. No obstante, estos alimentos pueden provocar incrementos rápidos de glucosa en sangre debido a su alto contenido de carbohidratos simples, lo que representa un reto para quienes buscan cuidar su salud metabólica.
Especialistas en nutrición coinciden en que existen métodos sencillos para reducir este impacto y disfrutar de las recetas tradicionales con mayor equilibrio. Uno de los principales ajustes está en la elección de ingredientes. Sustituir las harinas refinadas por alternativas más nutritivas ayuda a disminuir la carga glucémica. Las harinas de legumbres, como garbanzo, lenteja o guisante, aportan mayor cantidad de proteína y fibra, mientras que opciones sin gluten como quinoa, trigo sarraceno o teff ofrecen una mejor respuesta metabólica. Para quienes siguen dietas bajas en carbohidratos, la harina de almendra combinada con huevo y aglutinantes permite preparar pastas con menor contenido de azúcares.
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Otro factor clave es el llamado “orden de los alimentos”. Consumir las pastas y postres después de platillos ricos en fibra, proteínas y grasas saludables —como ensaladas, vegetales o carnes magras— ayuda a ralentizar la absorción de los carbohidratos. A esto se suma un truco respaldado por estudios recientes: ingerir una pequeña cantidad de vinagre de sidra de manzana diluido en agua antes de la comida, lo que favorece una mejor respuesta de la insulina y reduce los picos de glucosa posteriores.
Un tercer recurso útil es aprovechar el almidón resistente. Al cocinar la pasta, enfriarla en el refrigerador entre 12 y 24 horas y luego recalentarla antes de servir, parte del almidón se transforma en una fibra que el organismo digiere con mayor dificultad. Este proceso disminuye la absorción de carbohidratos y contribuye a un mejor control de la glucosa, además de beneficiar la salud intestinal.
Nutriólogos recomiendan experimentar con harinas alternativas, reservar las pastas y dulces para el final de la comida y aplicar técnicas de preparación más saludables durante las fiestas. Con estos ajustes, es posible mantener las tradiciones navideñas sin comprometer el equilibrio metabólico.





