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Vigilancia entomológica refuerza acciones contra el mosquito transmisor en Tapachula

Brigadas de la Jurisdicción Sanitaria VII mantienen monitoreo constante en cuerpos de agua y zonas de riesgo para prevenir la proliferación del Anopheles

El Programa de Paludismo realiza recorridos quincenales en espacios identificados como criaderos del mosquito Anopheles en Tapachula y comunidades aledañas. Las brigadas ejecutan estudios larvarios, termonebulización focalizada y análisis en insectario para fortalecer las estrategias de control.

Refuerzan monitoreo en zonas de riesgo

El Programa de Paludismo de la Jurisdicción Sanitaria VII mantiene un esquema continuo de vigilancia en ríos, lagunas, graveras y puntos con acumulación de agua en Tapachula y localidades cercanas. Estas inspecciones forman parte del ciclo aplicado en áreas clasificadas como centinelas, donde se desarrolla la búsqueda de larvas, captura de mosquitos adultos y acciones de control.

Naum Castellanos González, coordinador del programa, detalló que las brigadas acuden cada 15 días a los sitios donde se ha registrado presencia del vector Anopheles, transmisor de la malaria. En cada visita se inspeccionan criaderos naturales y artificiales, se identifican los cuatro estadios larvarios y se aplica herbicida para disminuir la densidad de larvas.

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Intervención selectiva con termonebulización

El operativo también contempla la revisión de refugios naturales donde reposan los mosquitos adultos. En estos espacios se emplea termonebulización dirigida únicamente en zonas con presencia confirmada del vector, con el fin de no afectar a otras especies.

El material biológico recolectado se traslada al insectario de la Tercera Sur, donde se conserva y se da seguimiento hasta la etapa adulta. Con esta información se actualizan mapas y registros que orientan las intervenciones en campo.

Las visitas constantes se deben al flujo migratorio y a condiciones climáticas que favorecen la formación de criaderos. En Tapachula existen 15 sistemas acuáticos monitoreados, de los cuales cuatro continúan positivos y requieren atención periódica.

Rutas ajustadas según modificaciones del terreno

El personal recorre márgenes de cuerpos de agua que suelen modificarse por maquinaria o variaciones del cauce, lo que puede generar nuevas cavidades con agua estancada. Por ello, los equipos ajustan sus rutas en cada inspección.

El distrito está dividido en nueve áreas de trabajo. En las localidades centinelas se concentra la mayor parte de los esfuerzos para cumplir el ciclo de vigilancia. Tras cada intervención, el personal amplía las exploraciones para ubicar nuevos puntos positivos.

En una sola jornada pueden recabarse diferentes cantidades de muestras; en la visita reciente se recuperaron cerca de 30 larvas que serán analizadas en el insectario para complementar los estudios de la zona.

Con estas acciones, el Programa de Paludismo mantiene un monitoreo constante que permite detectar variaciones en la presencia del mosquito y aplicar medidas oportunas de control, reduciendo riesgos para las comunidades del distrito.

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