Pox: la bebida ancestral de Chiapas que conquista paladares
Elaborado con maíz y panela, el pox forma parte de la identidad de los pueblos originarios y hoy atrae a visitantes de todo el mundo por su sabor y tradición.


El pox es un destilado tradicional de Chiapas que combina maíz y panela en un proceso de fermentación y destilación de varios meses. Se consume principalmente durante las festividades de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, y se ha convertido en un símbolo cultural que también atrae a turistas nacionales e internacionales.
Proceso artesanal y destilación
El pox se elabora a partir de maíz fermentado con panela, cuya dulzura facilita la fermentación, que dura alrededor de seis meses. Posteriormente, se realiza una primera destilación que produce un licor con 45 a 60 grados de alcohol. Una segunda destilación reduce su graduación a 15-25%, dando como resultado una bebida más suave y clara.
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Durante la primera destilación, el pox adquiere un tono oscuro, mientras que con la segunda se vuelve más claro. La versión más fuerte, llamada nich, se somete a un reposo de nueve meses a un año en contenedores de madera de roble, aumentando su contenido alcohólico.
El pox tiene un papel central en las celebraciones de los pueblos originarios, especialmente durante el 1 y 2 de noviembre. En los panteones, esta bebida se convierte en protagonista de la convivencia familiar y comunitaria. Comunidades como Zinacantán, Chamula, Tenejapa, Mitontic, Amatenango del Valle y San Juan Cancuc mantienen viva esta tradición.
Además de su valor cultural, el pox atrae a visitantes nacionales e internacionales, particularmente en San Cristóbal de las Casas, donde se exhibe en la Boutique Artesanal al Maya junto con otros productos elaborados por artesanos de Los Altos de Chiapas.







