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La tradición de la espadaña en honor a la Santa Cruz, una tradición milenaria que permanece en el tiempo

Hombres de distintas generaciones recorren los cerros de Chiapas para rendir tributo a la Santa Cruz con la flor milenaria, perpetuando una tradición ancestral de fe, música y enseñanza

Tres días y tres noches caminan hombres de todas las edades en dirección al cerro en busca de la flor milenaria, la espadaña, esto con el objetivo de rendir ofrenda a la Santa Cruz, que simboliza la Cruz donde Jesus estuvo crucificado la cien quedó con restos de su sudor y sangre como recuerdo de su sacrificio.

Don Pedro Cundapi, aprendió de su padre y es algo que lo enorgullece, es un agradecimiento y al ratificación de fe, “nuestra tradición ya tiene muchos años, lo empezaron nuestros antepasados, abuelos, tíos de hace muchos muchos años(…)las peticiones nada más salen del corazon mientras pueda uno y diosito nos tenga con bien y tengan la devoción de ir, llegan”.

Este día luego de ir en busca de la espadaña, los hombres llegaron a la Ermita de la Santa Cruz y caminarán hasta el río de las hojas en donde descansarán esta noche, en conjunto con sus familiares, los cuales llegan a realizar en este río la topada, es la respuesta que tras el sacrificio no se perdieron en en cerro y llegaron con bien.

Con más de 35 años de vivir esta tradición para don Rogelio Espinoza Simuta, esta devoción le llena de orgullo y hoy reconoce que son el ejemplo de las nuevas generaciones “la verdad nos gusta está parte de nuestra tradición que haz de cuenta nosotros desde Niño traemos la ilusión para subir al cerro y ya tengo más de 35 años de llegar al cerro, e conocido el cerro nanbiyugua, la sombra, aquí pancho Villa, aquí en Jiquipilas, aquí en cerro grande varios puntos: cerro pacú, la yerba santa, la maría (…)se siente uno muy alegre, muy contento ser representante, ver la gente nueva, enseñarle a los niños porque la verdad vamos a dejar un buen ejemplo a los niños de nuestra tradición y como vamos cada estación y cuantas esperas son”.

Durante su trayecto los hombres tocan música tradicional llevando a cuesta la flor de espadaña, que simboliza la corona de espinas que le fue colocada al hijo de Dios en la frente.

Don José María Champo es músico tradicional, el encargado de cada son y misterio que se ejecuta “aquí se le llama los sonecitos, misterios y esos los aprendí de mi abuelo(…)venéranos a la Santa Cruz, la espina como muchos le llaman, le llamamos espadaña, significa la corona de Cristo, como el se lo pusieron en la cabeza nosotros lo traemos en la espalda si el mecatito, el mecapal, es la tradición y ws de años atras”.

Antes de partir de la Ermita los hombres guardan la Cruz hasta el siguiente año no sin antes darle tributo, devoción y llenar su altar de flores y ofrecerle espadaña.

Al ritmo de la flauta y el tambor caminan para llegar al río y encontrarse Cinthya sus familiares con quienes este día velarán a las orillas del río y mañana ingresarán a la iglesia de la Santa Cruz para darle su ofrenda que significa no solo un sacrificio sino el agradecimiento por un año, por las cosechas y la petición por alguna necesidad.

Esta tradicional es milenaria y se sigue manteniendo a través del tiempo gracias a la enseñanza que se otorga a las nuevas generaciones quienes ya acompañan al padre o al abuelo en busca de esta flor milenaria.

Alejandra Chávez

Alejandra Chávez/ reportera de Tuxtla Gutiérrez

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