En el corazón del noroeste chiapaneco, se erige el imponente Volcán Chichonal, un destino predilecto para los amantes de la aventura y la naturaleza. Situado entre los municipios de Francisco León y Chapultenango, este volcán es recordado por sus dramáticas erupciones entre finales de marzo y principios de abril de 1982, un evento que dejó huella en la historia de la región.
Con una altura de 1,260 metros y un cráter de 1 kilómetro de diámetro, el Chichonal se presenta como un impresionante coloso. Su última fase eruptiva fue de carácter pliniano, con explosiones que alcanzaron los 32 kilómetros de altura y flujos piroclásticos que devastaron áreas a 8 kilómetros del cráter. La erupción liberó un volumen de magma y rocas estimado en 1.1 km³, además de 7 millones de toneladas de dióxido de azufre (SO₂), lo que impactó no solo a Chiapas, sino también a estados vecinos como Tabasco y Oaxaca.
A 41 años de aquellas erupciones, el volcán ofrece a los visitantes paisajes singulares que invitan a la exploración. Desde el poblado más cercano, se puede realizar una caminata de aproximadamente tres horas hasta el cráter. El esfuerzo es recompensado con vistas espectaculares de un valle de un kilómetro de diámetro, donde se encuentra un lago de aguas sulfurosas que emanan una bruma fascinante. Los visitantes tienen la opción de nadar en el lago, aunque deben hacerlo bajo su propia responsabilidad.
Para quienes desean aventurarse a este magnífico destino, se recomienda llevar ropa cómoda, suficiente agua y protección solar. Es esencial estar atentos a las condiciones climáticas y seguir las recomendaciones de seguridad.